Fresnillo.- Enfermarse es una preocupación constante para los habitantes de las comunidades, pues en la mayoría de éstas es difícil acceder a los servicios de salud, ya sea porque no cuentan con un centro para atenderse, porque faltan médicos o no tienen fármacos.
Presidentes de Participación Social de comunidades declararon que ante esta situación tienen que acudir a otros asentamientos cercanos o hasta la cabecera municipal de Fresnillo para recibir atención médica.
Sólo hay 39 clínicas en el municipio para atender a los habitantes de las 258 comunidades y más de 90 colonias.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cerca de 63 mil 531 personas en Fresnillo no son derechohabientes de los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), pero tampoco cuentan con Seguro Popular.
Debido a la lejanía de varias localidades de la cabecera municipal, algunas embarazadas han tenido que dar a luz en el camino, o cuando se registran accidentes hay ocasiones en que los involucrados mueren en el trayecto.
González Ruedas, presidente de Participación Social de Francisco I Madero, refirió que desde hace 50 años han solicitado un médico que atienda a las cerca de 300 familias que subsisten en el lugar, pero ante la carencia de personal tienen que acudir a Urite, debido a que es la localidad más cercana que cuenta con un centro de salud; ellos lo tienen desde hace cuatro décadas, pero nunca ha funcionado.
Otras comunidades cercanas a Francisco I. Madero que no cuentan con una clínica son Ermita de Guadalupe, Vasco de Quiroga y El Centro; los habitantes de estos lugares hacen más de una hora para llegar a la cabecera municipal y al acudir para atenderse medicamente gastan mínimo mil pesos, entre la gasolina, la consulta y los fármacos.
Un problema similar está rumbo a Mendoza porque ahí existe una clínica pero tienen problemas porque el médico asiste muy poco; ahí confluyen personas de San Antonio, San Tadeo y Los Pocitos.
El Inegi hasta esta fecha cuenta con un registro de 23 unidades médicas de la Secretaría de Salud, una del ISSSTE, 12 de IMSS-Oportunidades y dos del IMSS; en promedio, cada espacio es atendido por 13 doctores.
González Rueda afirmó que cada una de las familias de su comunidad tiene que venir a la cabecera municipal por lo menos cuatro veces al mes para que un integrante sea atendido por un médico particular.
Si alguno de los miembros de las familias de Carrizalillo se enferma, debe viajar 10 minutos para ser atendido en Vicente Guerrero, y si es algo de gravedad, personal del centro de salud de este asentamiento rural tiene que otorgar un pase de traslado para recibir atención médica en la ciudad.
En el caso de Guadalupe de Trujillo, las más de 200 familias tienen de adorno una casa de salud a la que nunca le han dado uso por la falta de un médico que los revise.
Jaime Estrada Bañuelos, presidente de Participación Social de Guadalupe de Trujillo, explicó que requieren un médico que vaya por lo menos una vez al mes; “bueno fuera que nos escucharan para que nos apoyen con un doctor más seguido para las 200 familias que vivimos aquí”.
Para los habitantes de la comunidad Montemariana la situación es distinta, pues tienen que compartir el centro de salud con las familias de las localidades aledañas como Bañuelos, Seis de Enero y El Águila.
Pilo García Méndez, consejero de la comunidad Pardillo Tercero, detalló que tienen una casa de salud pero no existe personal que la atienda, pues la mayoría de las veces es la asistente de salud quien los orienta y brinda algunos medicamentos, pero si la enfermedad es de gravedad, tienen que ir a la mancha urbana para recibir atención.