Zacatecas.- “La inseguridad no se acaba de un día para otro, todo lo bueno y todo lo malo viene de las familias desintegradas”, indicó el obispo Sigifredo Noriega Barceló.
Señaló que la violencia es una realidad en el estado y que las autoridades locales tienen que realizar acciones de contención, mediante el trabajo coordinado con la sociedad y con corporaciones como el Ejército Mexicano.
En conferencia de prensa comentó que es importante abonar a la educación en la fe y los valores, pues éstos son el principal remedio a la problemática de inseguridad y deben ser inculcados en la familia.
Reconoció que a la Iglesia le corresponde también trabajar en pro de la sociedad, “por lo que se insistirá en todas las catequesis” para atender a niños y jóvenes a fin de colaborar con las autoridades.
El obispo agregó que para terminar con la inseguridad es necesario también frenar la corrupción, que consideró es un cáncer que “envenena las relaciones humanas, las relaciones públicas”.
Sostuvo que desterrar ese problema “corresponde no sólo a las autoridades, sino también a la sociedad civil, pues para que haya una persona corrupta, se requieren otras”.
Inicia año jubilar con una procesión
Sigifredo Noriega Barceló informó que, con una procesión solemne, este domingo inició el año jubilar, cuyo objetivo es dar gracias a Dios por el don de la fe.
Indicó que la Diócesis de Zacatecas cumple 150 años el 5 de julio de 2014, por lo que se realizarán diversas actividades en las 118 parroquias que la integran.
El objetivo de esta celebración no es sólo la conmemoración, sino “la renovación personal, como pastoral”.
En Navidad la sociedad se mueve por el consumo
El obispo de Zacatecas indicó que la sociedad se define como de consumo en épocas como la Navidad.
“Hay que producir lo que se consume y consumir lo que se produce, ésa es la dinámica y esto toca todas las fibras del tejido social, y afecta porque la gente va perdiendo el espíritu propio de estos días”, expuso.
Pese a ello, reconoció que también “sigue siendo una sociedad religiosa que le da mucha importancia a dos fechas, el 8 y el 12 de diciembre, cuando se venera a la santísima Virgen María”.
Sigifredo Noriega comentó que además es satisfactorio observar que quedan muchas personas sensibles, que se preocupan especialmente por quienes pasan hambre y frío.
“Ojalá el 24 de diciembre todas las familias tuvieran la posibilidad de tener algo en su mesa”, externó.