Zacatecas.- En la entidad, cada vez es más común el fenómeno de las “familias nido” que provoca que los hijos no adquieran suficiente madurez y se envicien en la comodidad del hogar, alertaron Olga Gálvez Murillo y Claudia Adriana Calvillo Ríos, investigadoras del área de Psicología de la UAZ.
Explicaron que el síndrome del “nido lleno”, también conocido como Peter Pan, consiste en que los hijos de entre 20 y 35 años, se resisten a irse a vivir solos, pensando que porque trabajan y tienen dinero son independientes, aun viviendo en casa de sus padres.
Advirtieron que este síndrome retrasa la evolución de todos los miembros de la familia, cuyo avance se encuentra detenido por el temor a la soledad en unos y a la responsabilidad en otros.
Por ello, destacaron que es fundamental prevenir este síndrome desde la infancia, marcando claramente el concepto de la independencia; de esta manera, ningún miembro se convertirá en “una carga” siendo jóvenes o mayores.
Destacaron que lo elemental es la educación que fomentan los papás a los hijos, al saber cómo otorgar libertad y responsabilidad en cada etapa de sus vidas; esto ayudará a los sucesores a pensar con criterios propios y generar decisiones.
Familias nido
Olga y Claudia, psicólogas en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), mencionaron que en Zacatecas prevalecen las familias tradicionalistas que se caracterizan por ser sobreprotectoras.
Expusieron que esto, lejos de beneficiar a los hijos, crea dependencias que se reflejan en inseguridades, que a su vez llegan a problemas de largo plazo, al querer iniciar una relación de pareja o al no saber valerse por sí mismos.
Explicaron que los afectados, en su mayoría resultan ser los padres, pues conforme aumenta su edad, incrementan las responsabilidades al seguir manteniendo al hijo en casa.
Señalaron que para revertir este síndrome o evitarlo, los papás deben establecer reglas y mantener límites en los espacios del hogar, horarios, pagos de cuentas, compras y distribución de actividades.
Reiteraron que es importante que los jóvenes que vivan con sus padres respeten las reglas del hogar, tomando en cuenta que no es el propio; establecerá las reglas hasta que forme su propio hogar.