CANDIDATOS VIOLENTOS
Varios candidatos andan nerviosos. Arrastran historiales de violencia de género y tienen expedientes abiertos. Su postulación se les puede caer. A Ronald García, el alcalde de Villa González Ortega que aterrorizó a un grupo de regidoras, le cerraron las puertas en el PAN, pero halló refugio en MC para buscar la reelección. Sus aspiraciones penden de un hilo. En Jerez, está asustado Beto Salazar, quien buscará repetir con la alianza PT-PES-Panal. Sigue abierto el expediente por la queja de violencia de género que le interpuso su síndica, ahora con licencia, Adriana Márquez. La candidatura de Daniel López al distrito de Ojocaliente también se complica. Tiene señalamientos de regidores que lo acusan de violento. En Mezquital del Oro, Humberto Salas se enfrentará en las urnas a la actual alcaldesa Mónica Rodarte, a quien llegó a encarcelar indebidamente. Hay una historia de opresión y maltrato a Mónica por parte del ex presidente, quien ya no tendrá a la policía de su lado.
DINASTÍAS Y CACICAZGOS
No faltan los políticos que quieren normalizar el reparto de cuotas a familiares, una práctica que reprochan las militancias partidistas. En el PRD señalan el cacicazgo brutal del candidato a senador, Miguel Torres, por impulsar la candidatura de su esposa, Verónica Ortega, a la presidencia de Villanueva. Lo mismo ocurre con Daniel López, al querer “heredarle” la alcaldía de Ojocaliente a su esposa, Magdaly Zambrano, y con la pluri que agandalló Miguel Varela para Karla Estrada. Eleuterio Ramos, primer edil de Valparaíso, presume que se bajó (o lo bajaron) de un distrito para no hacerle sombra a su hermana Simonita, la candidata de ese municipio, pero no dice nada de su otra hermana, Lidia Ramos, que va en Morelos.
Por cierto, para la presidencia de Sombrerete, PRI y PAN serán enemigos. El concuño de Alan Murillo, Jaime Viedma, busca la continuidad de su grupo en el poder. Los panistas van con Alejandra Olvera. La diputada Karla Valdez quería participar, pero no la dejaron.
SIGUE EL PLAN
A solicitud de la diputada Zulema Santacruz, el martes se revocó la declaratoria del Año de la Paz. Cuando la legisladora Gaby Pinedo impulsó ese nombramiento, además de su publicación en el Periódico Oficial, solo se establecieron dos puntos: la declaratoria en sí y que en la correspondencia oficial se insertara la leyenda “2024 Año de la Paz en Zacatecas”. Para el equipo del secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes, el Año de la Paz no dependía de esa declaratoria. Por eso, afirman que “el plan sigue”. Lo que lograron los diputados de oposición al tumbar la declaratoria fue simbólico, político, pero la Nueva Gobernanza asegura que no dará marcha atrás.
ESCALA PROBLEMA
La pugna por la Comisión Mixta de Admisión ya escaló los niveles de tensión en la UAZ. Jenny González, dirigente del SPAUAZ, advierte que hoy continúa el paro y pide comprensión a los alumnos y los padres de familia. “Ya no confiamos en el rector”, dice. Exige que en esta comisión se instalen Elba Jiménez y Elvia Valdez. Pero el rector Rubén Ibarra reviró que ya se les entregó lo que pedían y que el movimiento de protesta es político. Ibarra argumenta que no se debe lastimar a los estudiantes y que los manifestantes “se pongan a trabajar”. La protesta, asegura, es un pretexto con intereses políticos en la máxima casa de estudios.
CONFLICTO EN MEDICINA
Brota la grilla en la unidad de Medicina de la UAZ, pues recriminan que hay represión exagerada y descarada. Por un lado, las víboras señalan a la directora Rosa Martha Covarrubias y, por el otro, al Consejo de Unidad, mangoneado por dos veterinarios: Pascual García Zamora y Pedro Martínez Arteaga. Al primero lo acusan de represor y al segundo de encubridor y solapador. Y es Pascualito a quien le atribuyen una alianza con Covarrubias para echar veneno a los enemigos.