Which side are you on
No existe nada más liberador, para la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que, en el ranchote, alguien tuvo la ocurrencia (porque no se le puede llamar de otra manera) de destapar como aspirino a la grande a un tipo de apellidos Álvarez Máynez.
Atestiguaron el destape unas papas y unas cervatanas Carta Blanca, quienes se mostraron felices de ser invitadas a tan relevante evento político.
Pero bueno, ese fue el chiste de los últimos días, pero habrá más porque el PRI y una ex senadora de MC impugnaron el registro de Álvarez Máynez como precandidato del prestigiado y potente partido. Movimiento Ciudadano es una franquicia fundada en la década de los 90 del siglo pasado, bajo el agudo nombre de Convergencia por la Democracia, transformándose en 2002 a Convergencia y en 2011 adoptando su nombre actual.
El dueño del partido sigue siendo Dante Delgado, ex priísta que se aventó poco más de un año en el tambo, gracias a sus buenos cuates del PRI, en el 94, y que ha coqueteado con varios partidos y que hoy se hace del rogar en la elección de ir aliado con otros partidos (se le olvida a los miembros de MC que en la elección de 2018, estuvieron en alianza con el PAN y tuvieron de candidato a la presidencia a Ricky Riquín Canallín).
Aquí en el ranchito, fue propiedad de los Barajas Romo, los Monreal y hoy quién sabe. Total, que es parte de la morralla política la que ha defendido con los dientes su registro para seguir viviendo del presupuesto y que a pesar de andar cacareando sus gobiernos, patito, en Jalisco y Nuevo León, nomás siguen sin crecer.
El aspirante a precandidato de MC a la grande, pasó por el PRD y el PRI en nuestro rancho (viral su foto con la camisa priísta defendiendo al Ratón Miguelito). Muchos que fundamos y levantamos el PRD en este ranchito, sabemos como llegó Jorgito a ser regidor por el PRD en Guadalupe y el enorme trabajo que desplegó para destruir a dicho partido.
Total, que el país se sigue llenando de candidatos sin ninguna fortaleza ideológica, menos electoral, con un pasado tenebroso -por supuesto me refiero a los partidos morralla-. Y en el caso de MC seguirá siendo testimonial en cuanto los pocos votos (en la elección presidencial en 2018, MC le aportó a Ricky Riquín Canallín, la escandalosa cantidad de 1 mil 10, 891 sufragios, el 1.70 por ciento de la votación total de su candidato) que podrá tener en esta elección.
La neta es más espectacular el pleito del cacique Enrique Alfaro contra el cacique Dante Delgado por el control del juguetito llamado MC (la revista Proceso catalogó este pleito a “los celos políticos” entre ambos caciquillos).
¿Este es el nivel de la política en el rancho? Desgraciadamente así es. No es la búsqueda de una plataforma de izquierda, ya no digamos socialdemócrata (que tan pomposamente defienden en redes y en el ramplón discurso que manejan), no es el debate ideológico respecto a muchos problemas del país (educación, empleo, industria, migración, etc.), no, ese no es el asunto.
El principal motivo del no reacomodo de las fuerzas políticas, sigue y seguirá siendo el precio que le siguen poniendo a su incapacidad, a su analfabetismo, a su precario instinto político.
Se acomodan las calabazas rumbo a la elección y, sin lugar a dudas, las mujeres son las que construyen las líneas importantes del debate.
Los demás candidatos que vayan saliendo, con su finta de standuperos (una mezcla tercermundista de Ojitos de Huevo y Chuponcito) llegan a eso, a salpicar popó donde se pueda, sabiendo que no van a ganar, quieren meter a su raza de diputado, senador o, ya muy jodidos, de regidor donde se pueda. Pero algo sí es cierto ya: carecen de candidato o candidata y de propuesta. Solo van a recoger lo que caiga.