Cada loco con su tema
No existe nada más liberador, para la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que, en el ranchote, la historia patria ha sido pisoteada por algunos miembros de la fauna política, cuya única neurona solo les ha servido para cobrar.
Es patético voltear y observar detenidamente a algunas bestias que, lejos de la polis, siguen sin entender que la política chicharronera no es ciencia.
Lo anteriormente señalado viene al caso cuando los medios han dado cuenta de las aventuras de Miguel Berrinches Varela, un dizque diputado federal, bueno para cobrar, que se aventó la puntada de entrar a las oficinas de la presidencia municipal de Zacatecas para quejarse de que no lo dejan dar su informe de labores legislativas.
Llora que llora por las oficinas municipales. El Berrinches Varela se quejó de que le prohibieron realizar su informe en la Plaza de Armas, nomás porque Jerez o Tlaltenango le parecieron pueblitos. He ahí que nuestras guadalupanas leyes electorales permiten que un legislador electo por un distrito X pueda rendir su informe en un distrito Y.
Y como el Berrinches Varela quiere ser candidato a presidente municipal de Zacatecas, pues tiene que iniciar su campaña haciendo panchos con el acompañamiento de los santos varones y mujeres del confesional Partido Acción Nacional.
El guadalupano diputadillo llegó acompañado de algunos de sus turiferarios y se permitió adelantar su informe y todo por la católica intención de que los trabajadores del ayuntamiento lo conocieran, porque en su distrito ni saben quién chingaos es.
Pero muy valiente y todo, se echó un rollo muy pinche terminando como los panistas lo saben hacer muy bien: “Que dios los bendiga”. Jajajajaja, ¿no ma-menir a mi colonia? Ojalá diosito le haga el milagro de hacerlo un poco más inteligente ahora en su campaña, ¿no lo creen? Porque, así como anda hasta hoy, de plano esta igual que Manolín (“Fíjate que suave”).
Pues el niño Berrinches Varela se aventó al ruedo en una campaña que parece de presidente de la República. Propaganda en el bulevar, coristas en los semáforos de la ciudad (que más que ser panistas, parecen ser morros que andan por la lana) con calcas y propaganda de audio en los llamados elefantes, sin que prenda ni madres a la ciudadanía.
Probablemente ahora en su informe al que, dijo en las oficinas de la presidencia municipal, vendrán senadores, diputados, la burocracia nacional del PAN y en esas hasta Doña Gela(tinas) y si se puede Donald Trump, representantes republicanos y del Tea Party, Bukele y cuanto animal de esta calaña le quiera seguir el juego al Berrinches.
Ojalá que, en su informe, el niño Berrinches Varela nos cuente qué onda con los millones del erario que de Tlaltenango agarró para su campaña para la diputación, según soltó entre copa y copa su oficial mayor, un tal Jorge Eduardo Reynoso Carlos.
Con el pisto a este cuate se le soltó la boca, porque a final de cuentas su pecho no es bodega y no le toco ningún millón para él; así, encabronado dijo que el niño Berrinches Varela se había llevado un buen billete para poder costear su campaña (según lo reportó el diario La Jornada Zacatecas en fecha 09-09-2021). Además, dijo que estaba perdonado porque cada ocho días va a misa y deja buena limosna y maldijo al oficial mayor al sostener que por mentiroso y borracho se iría al infierno.
Por supuesto que esta novela sigue por ahí, porque el oficial mayor dijo que todo era mentira, que lo que dijo, lo dijo ebrio, y uno de los mandamientos de la iglesia señala que: “Borracho no vale”. Así que, si el niño Berrinches Varela se chingó la lana o no, es asunto que solo el creador lo sabe. Amén.
En calidad de mientras existe la amenaza de que el niño Berrinches Varela sea el candidato de la derecha-izquierda, o sea el PRIANRD. De Tlaltenango a la Ciudad de México y Zacatecas a hacer lo que sabe muy bien: cobrar su cheque sin hacer nada.
Solo él sabe lo que le ha chingado en el parlamento y lo que ha sufrido para juntar una lanota para su campaña, pues ya no tiene el cajón de caudales de la presidencia de Tlaltenango, según dijo su oficial mayor. ¡Ah esos panistas tan católicos!