FRESNILLO.- Mario es un joven de 25 años quien desde niño descubrió que sus gustos no eran los mismos que el de sus amigos pues, aunque jugaba a los carritos, había algo que lo hacía diferente: él era homosexual.
No fue sino hasta los 15 años, luego de pasar un proceso de aceptación en el que lloró, cuando se preguntó “¿Por qué a mí?”
Se obligó a tener novia, pero luego de entender que esa no era su vida, se dio la oportunidad de saberse homosexual.
“La sociedad suele señalarnos, sin darse cuenta que no se hace uno homosexual, se nace; pero no es hasta que te aceptas cuando los demás también lo hacen”, señaló Mario.
Aunque hace algunos años la homosexualidad era un tema tabú, Mario decidió ser feliz, pero primero lo tuvo que asimilar.
“Mi mamá me descubrió cuando terminé una relación con mi primer novio. Contestó el teléfono y me pasó la llamada. Yo estaba en la parte de arriba de mi casa y ella abajo, pero nunca colgó y escuchó la conversación”, recordó.
Al principio, la madre de Mario lloró y se cuestionó por qué su hijo, pues sería el hombre que continuaría con el legado del apellido al tener dos hermanas; pero, una vez que lo asimiló, le ayudó a que meses después, cuando su padre lo enfrentó, le pudiera confesar sus preferencias.
Nunca tuvo una relación tan cercana con su padre, pues él era hombre de trabajo que estaba poco en casa, mientras que Mario se dedicaba a la gimnasia y la escuela, por lo que cuando su padre le preguntó por qué no tenía novia, él, con temor, decidió decirle que le gustaban los niños.
“Sé que no fue un tema fácil de asimilar. Sé que en el mundo de mi padre hubo más preguntas que respuestas, pero a pesar de ello, me apoyo”, dijo.
Mencionó que el tema no es fácil y menos cuando esperan que seas el niño que se imaginaron, “pero a pesar de los cuestionamientos, mis padres nunca me dieron la espalda”, y una vez que ellos lo aceptaron, fue más fácil hacerlo llevadero ante una sociedad machista.
Aunque al principio hubo varios enfrentamientos homofóbicos, lo que le ayudó a no encerrarse en ello fue el que su personalidad siempre fue sociable.
Actualmente, Mario es un empleado profesionista en una empresa minera y empresario, además de que se da tiempo para hacer lo que le gusta: el estilismo.
“Mi mayor clientela en la estética son hombres. Sí me han preguntado sobre mis preferencias y soy muy honesto, eso ayuda a que no se haga incómodo”, declaró.
Lamentó que la sociedad no vea en la homosexualidad algo natural, pues aunque hay más apertura para los hombres, no así para las parejas lésbicas.
“Los homofóbicos son aquellas personas que tienen coraje por no ser quienes quieren ser. En el fondo son personas que ocultan algo en su vida, y no es necesariamente el que sea o no homosexual, simplemente saben que nosotros somos auténticos”, consideró Mario.
Comentó que desde hace siete años mantiene una relación de pareja muy estable, por lo que su vida ha sido de retos pero con recompensas, las cuales llegaron a partir de que se aceptó.
Una de las anécdotas que ha vivido son las llamadas telefónicas, en las cuales se ha visto involucrado de manera chusca, pues lo han confundido con una mujer al tener una voz delicada.
“Me dicen ‘sí señorita, me podría pasar al titular de la línea o al titular de la tarjeta bancaria’. Al decirles que soy yo, muchas veces lo toman a burla, otras veces sólo se disculpan”, recordó.
Este miércoles se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, el cual tiene la finalidad de conmemorar la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por la Organización Mundial de la Salud (OMS).