ZACATECAS.- Este sábado, vecinos de la colonia Minera bloquearon la calle Mina Sirena, debido a las molestias que ha ocasionado, desde hace dos meses, la construcción de una gasolinera que se ubicará en colindancia con el bulevar Adolfo López Mateos.
Los afectados denunciaron la ausencia de cualquier medida de seguridad con que transitan los camiones de volteo que circulan, cargados de material pétreo, por las calles de la colonia. En tanto, se quejan de que hasta ahora las autoridades han hecho caso omiso a sus demandas.
Los camiones transitan por las calles, de por sí empinadas, y arrojan a su paso pequeñas rocas, lo que consideran, es un peligro, pero algo más preocupante es que los camiones, por el peso, rompieron las tuberías del agua potable y, aunque hicieron el reporte a la Junta Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (JIAPAZ), no acudieron al llamado.
Además del polvo y la tierra, que se filtra a calles aledañas, dijeron, les generan problemas de salud en las vías respiratorias, sin contar que ya los camiones desgastaron el piso de las calles.
Ante la protesta realizada este sábado por los vecinos, los transportistas se unieron al grupo, pero con la intención de agredir a los quejosos por el bloqueo que realizaron de la calle, hecho por el que llegaron elementos de las policías Estatal Preventiva y Municipal para mantener el orden.
Sin embargo, hasta la tarde no había ningún acuerdo, ya que los vecinos exigen, primero, que la empresa, Camino Real, responsable del proyecto, muestre y ponga a la vista los permisos de construcción, ya que sólo circularon con malla ciclónica el perímetro, pero de nada ha servido para detener las grandes cantidades de tierra y polvo que generan las máquinas.
Debido a que el lugar donde se construye la gasolinera era cerro, la maquinaria pesada comienza desde temprano a triturar la roca, lo que ha generado incluso temblores en toda la zona, lo que mantiene preocupados a los habitantes, quienes afirman que sus casas se cimbran y temen que resulten con cuarteaduras.
En el caso de una mujer, quien prefirió el anonimato, comentó que “mi temor es que los estruendos generan movimientos de tierra y que dañen la estructura de mi casa”, comentó al referir que a ella no le afecta mucho el polvo porque su establecimiento lo mantiene cerrado.
Sin embargo, dijo que las personas que viven del otro lado de la calle se quejan de manera constante de la tierra volátil que se expande; además del polvo, el ruido de las máquinas el tránsito de los camiones pesados cargados por el material.
Guillermo Durán, otro de los comerciantes afectados, denunció que las tuberías del agua potable permanecen sin ser atendidas por la JIAPAZ, y que los causantes fueron los camiones de volteo que por el peso las rompieron.
“Los camiones son muy pesados”, además, por lo empinado de las calles, generan más peligro al circular y “arrojan muchas piedras; es muy molesto”, dijo al referir que la empresa no se hace responsable por limpiar las calles del material que van tirando a su paso, lo que los “perjudica mucho, porque los carros se resbalan”, pero hasta ahora, lamentó, nadie ha resuelto nada.
De acuerdo con los vecinos, los problemas de ruido y polvo comienzan a las 8 horas y terminan a las 18 horas. Se pretendió buscar al responsable de obra, pero los trabajadores dijeron que no tiene hora ni día de presentarse.