Zacatecas.- A lo largo del tiempo existieron historias de madres que sufren por sus hijos, pero también se dice que no hay dolor más grande que perder un hijo y el Panteón de Herrera guarda la tumba de un hijo con una madre afligida que decidió quedarse ahí para llorarle.
Los trabajadores del también conocido como Panteón de los Pobres, ubicado en la colonia Tres Cruces, identifican la Tumba de la Mujer de Piedra como una de las más visitadas por la belleza del sepulcro y la historia detrás de ella.
Se dice que durante los primeros años de apertura del panteón falleció un joven que fue enterrado en los primeros espacios y al que su madre iba a visitarlo todos los días, pues llegaba por la mañana y se quedaba hasta que oscurecía, sólo alumbrándose con un cirio.
Los panteoneros cuentan que una noche ya no se vio salir a la desconsolada madre, pero al día siguiente la mujer apareció petrificada llorando sobre la tumba de su hijo, con las lágrimas saliendo de sus ojos y el cirio consumiéndose casi hasta extinguirse como se extinguió la vida de esta mujer por el dolor de perder un hijo.
La historia puede ser tan sólo una leyenda, pero lo que sí es verdad es que esta tumba se conservó, pese al paso de los años. La perfección de la obra tallada en casi una solo pieza de cantera, con detalles tan realistas, ponen a pensar a cualquiera sobre la autoría de ésta.
Poco se sabe de quién es la tumba y de quién se trata, pero la mujer de piedra sigue siendo un recordatorio de las penas y el dolor que causa en una madre el perder a un hijo.