CIUDAD DE MÉXICO .- Sin una mención a una estrategia para elevar la productividad laboral y hacer una reingeniería de los negocios de Pemex, el Gobierno federal presentó ayer un ‘plan’ para la empresa que consiste en transferirle recursos públicos.
Entre reducción de pago de derechos y transferencias directas del presupuesto, se destinarán a la empresa 300 mil millones de pesos en tres años.
En tan solo 13 páginas de gráficas y sin divulgar hasta el cierre de la edición un esquema detallado, Octavio Romero, director de Pemex dijo que con el plan se enfrentarán los problemas estructurales de la empresa.
«La elevada carga impositiva, su deuda y la baja inversión (son) dificultades que atraparon a la empresa en un círculo vicioso», aseveró en la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque en 2018 cada empleado de Pemex apenas produjo en promedio 14 barriles de petróleo, muy lejos de los los más de 41 barriles de otras petroleras, eso no fue considerado un problema estructural.
Romero expuso que para resolver la situación de la petrolera, la empresa dejará de pagar Derechos de Utilidad Compartida por 128 mil millones de pesos entre 2020 y 2021, que se suman a los 30 mil millones de pesos autorizados para este año.
Además, para capitalizarla, el Gobierno federal le transferirá 141 mil millones de pesos entre 2020 y 2022.
La participación de la iniciativa privada se limitará a contratos de servicios de largo plazo que se estiman podrían ser de 108 mil millones de pesos entre 2020 y 2023.
Con esto, la meta es llevar la producción desde el millón 707 mil barriles de este año a 2 millones 697 mil barriles de petróleo diarios al final del sexenio.
Especialistas opinaron que las medidas son insuficientes y aumentan los riesgos para las finanzas públicas.
Además, sin una reforma fiscal para compensar el menor cobro de derechos a Pemex, las finanzas quedan vulnerables ante una caída en los precios del petróleo, sostuvo Alejandro Limón, especialista del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
En el corto plazo la recapitalización de Pemex será dolorosa para el Gobierno federal por la desaceleración económica que generará menor cobro de impuestos, opinó el analista Jorge Suárez-Vélez.
Sin una mención a una estrategia para elevar la productividad laboral y hacer una reingeniería de los negocios de Pemex, el Gobierno federal presentó ayer un ‘plan’ para la empresa que consiste en transferirle recursos públicos.
Jorge Cano y Karla Omaña
Agencia Reforma