Fresnillo.- Con llanto, tristeza, coraje y rabia por haber perdido a su padre y esposo, la familia Cruz Márquez inició la caminata de su casa a la deshidratadora de chile para darle el último adiós a Don Enrique Uriel Cruz González, quien muriera al rescatar a su hijo Yafet de 24 años.
Varias familias de Rancho Grande acudieron a apoyar a la familia de Don Enrique, pues se dijeron consternados y tristes por lo que ocurrió.
Don Enrique dejó seis hijos y a su esposa Leticia, quien abrazaba amargamente a sus hijos.
Familiares y amigos querían cargar el féretro de madera de encino café, pues todos querían estar con él.
Su esposa pidió que lo llevaran a la deshidratadora para que se despidiera del lugar donde trabajaba y del que salió a perseguir a los maleantes a bordo de su camioneta, cuando los hampones se llevaban a su hijo mayor.
Los tráileres del empresario salieron a las calles con un moño negro y los choferes fueron a despedir al chilero, para después llevarlo a la Parroquia de la Señora del Refugio y posteriormente llevarlo al panteón.
En cada una de las acciones que emprendió la familia cantó continuamente un mariachi como No vale nada la vida y otros más que eran las que le gustaban a Don Enrique Uriel.
Sus hijos iban con la fotografía de su padre adelante del féretro para darle el último adiós y así, junto con su madre, agradecieron la participación de quienes los apoyaron en estos tristes momentos.