Fresnillo.- Ante miles de peregrinos de la República Mexicana y del extranjero, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, resaltó que Navidad es día de Dios, “es tiempo de paz” y que sólo viviendo en Dios “vamos a vivir en paz”.
Durante la homilía celebrada al medio día de este 25 de diciembre en el santuario de Plateros, uno de los más visitados de México, Noriega Barceló resaltó que en este lugar “se está a gusto aquí, donde la casa de María es la casa de José; ciertamente sabemos que es la casa del niño recién nacido, por eso estamos contentos”.
Al niño Jesús –dijo –“le llamamos cariñosamente Santo Niño de Atocha, y este día todos vienen a su casa a visitarlo, “es tu casa, por eso me da mucho gusto saludarte a ti, peregrino”.
El obispo dirigió el sermón de esta Navidad a quienes vinieron de lejos, a los integrantes de las familias, a quienes viven alguna situación en especial “por eso estamos aquí, todos como creyentes en Jesucristo. Te saludo a ti, hermano paisano, que has recorrido tantos y tantos kilómetros para venir a adorar al niño”.
En esta celebración de fiesta, saludó también a la gente de Plateros, que durante siglos han estado viviendo cerca de la casa del Santo Niño de Atocha, que es un personaje especial para todos, que les da identidad como pueblo y como comunidad.
El obispo también mandó su mensaje a los peregrinos “cibernéticos”, quienes a través de las nuevas tecnologías, siguieron esta celebración.
En este 25 de diciembre, enfatizó, todos han venido a adorar al niño como pastores, “somos ángeles, somos magos, todos tenemos algo de María y de José, todos estamos aquí reunidos y unidos por este niño recién nacido”.
Se dirigió a quienes acuden a visitar el santuario, “porque ni ustedes ni yo venimos deoquis”, pues siempre traemos alguna intención, alguna acción de gracias o una petición y por ello, “es Dios, quien ha decidido poner su casa en medio de nuestras casas” y por ello “Dios nuestro padre ha enviado a su hijo”.
Ante los miles de fieles que abarrotaron los alrededores el santuario, el obispo resaltó que el venerado “tiene nombre, tiene rostro y tiene edad, es Emmanuel, que significa Dios con nosotros”.