Cómo salir del pozo y el rol de la educación
Cómo Salir del Pozo, es el nombre del más reciente libro del escritor y periodista Andrés Oppenheimer, que apareció publicado la semana pasada en el mercado de consumo librero y que plantea desde el impulso a la innovación y a la educación de calidad, salidas alternativas a los problemas que padecen las sociedades en crisis, sumidas en revueltas, en rebeliones y en masivas protestas colectivas, por los niveles de insatisfacción que experimentan los ciudadanos frente a sus necesidades no atendidas.
Este extraordinario y rico texto, en una extensión de más de 390 páginas, narra en un viaje espectacular por los países de todo el mundo las nuevas tendencias educativas y las innovaciones que están transformando las sociedades de nuestro tiempo, para producir riqueza, bienestar, justicia, pero también y sobre todo felicidad en la población.
No estaría mal recomendar a los líderes de nuestras élites políticas que pudieran otear el contenido de este libro -que hará historia-, y que pone en el centro de las agendas políticas de las sociedades avanzadas los temas de la educación de excelencia y la importancia de estimular la innovación científica.
El libro de Andrés Oppenheimer aporta lecciones a los políticos para que atiendan con responsabilidad temas como el de la educación de calidad y no estén, a su vez, distraídos en asuntos intrascendentes y frívolos.
Desarrolla el libro de Oppenheimer la explicación de nuevos conceptos y paradigmas, como el de educación para la felicidad y el de economía del comportamiento y/o conductual, que pone en el centro el tema de la justicia colectiva, y que considera, por otra parte, las tendencias emocionales de las personas, que son determinantes en el comportamiento de los procesos productivos y de los niveles sociales de consumo.
Martín Seligman (1941…), uno de los precursores de la educación para la felicidad y de la psicología positiva (apunta el libro de Oppenheimer) afirma que “la educación no solo debe preparar para el mundo laboral, sino también para una vida significativa y feliz”.
Este libro, Cómo Salir del Pozo: las nuevas estrategias de los países, las empresas, las escuelas y las personas, describe e ilustra sobre las nuevas tendencias educativas en los países más exitosos del planeta e igual explica las renovadas teorías económicas-con sus autores-, que son un referente académico de avanzada en el mundo de la Cuarta Revolución Industrial.
Richard Thaler, Premio Nobel de Economía 2017 y artífice de la economía del comportamiento y conductual (al igual que Daniel Kahneman), destaca la relevancia de generar satisfacción en la atención de las necesidades de la población, como mecanismo, no solo para mejorar la estructura productiva, sino para producir bienestar y felicidad en la ciudadanía.
Las sociedades con elevados índices de felicidad en su población son aquellas que registran atención plena de sus necesidades fundamentales y que tienen en consecuencia actitudes positivas ante los desafíos de la vida. Y estos elementos, solo los puede aportar una educación de excelencia.
En muchos países de la Unión Europea y de Asia, en particular en la República de India, sus sistemas escolares han incorporado ya, desde hace tiempo, contenidos curriculares sobre educación para la felicidad.
Está demostrado empíricamente que naciones con población con altos índices de felicidad son proporcionalmente más productivos y los indicadores de bienestar son mayores. Incluso sus años promedio de vida son superiores a los de países con ciudadanos “infelices” e insatisfechos en sus necesidades vitales.
Índice de felicidad
La felicidad (explican los documentos de la ONU) es “el sentimiento de bienestar, de justicia, prosperidad, de satisfacción de requerimientos básicos y del cumplimiento de objetivos trazados por una sociedad y sus individuos”.
Conforme al Índice Global de Felicidad 2023 publicado por la ONU, las 10 naciones con mayores niveles de felicidad en su población son las siguientes: Finlandia, Dinamarca, Islandia, Israel, Países Bajos, Suecia, Suiza, Noruega, Luxemburgo y Nueva Zelanda. México tiene la posición 36 de 157 países.
Educación para salir del pozo
Si queremos salir de la profundidad del pozo del subdesarrollo, la mejor alternativa está en impulsar una educación de calidad, como lo recomienda Oppenheimer en su más reciente libro.