TENEMOS PORVENIR
La transformación presente. Los inicios de la lucha por el cambio de políticas sociales en México, en aquellos años de rompimiento con el PRI de una corriente ideológica cercana a la izquierda en 1987, para exigir democracia al interior del partido (para elegir la candidatura a la presidencia en 1988), la respuesta fue el engaño y la cúpula priísta decidió por Carlos Salinas de Gortari.
Esa llamada Corriente Democrática la encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo y los acompañaron personajes como Ifigenia Martínez y Andrés Manuel López Obrador.
En aquel entonces había cambiado el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) por el Partido Mexicano Socialista (PMS) de vida muy corta, para posteriormente formar el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
López Obrador no fue un ente invisible en la política mexicana, lo empezamos a seguir con aquella defensa de las comunidades de Tabasco, dañadas por el torpe manejo en la extracción de petróleo en aquellas épocas por Pemex y la falta de compensaciones a los habitantes y dueños de terrenos donde se localizaban los pozos petroleros.
Como presidente de aquel PRD, no es posible olvidar ese debate en televisión, en el cual se demostró que el gran “jefe” Diego, ese panista bravucón, era un corrupto que había avalado el fraude en las elecciones de 1988 y la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) que salvaba a los baqueros de sus obligaciones fiscales, en esos tiempos de 500 millones de pesos y que aumentó a 1 billón 96 mil 877.7 millones de pesos.
Esas cantidades hacen que se afecten los salarios, las pensiones, además la obra pública y solo beneficie a los banqueros, que vemos son insultantemente ricos.
López Obrador ha recorrido el país llegando a comunidades que parece insospechada su existencia. Como montañista y en el trabajo geológico, he recorrido el México oculto para la mayoría de los ciudadanos. López Obrador lo hizo como líder del PRD, hasta las tres campañas a la Presidencia, viajar por el México mágico, sirve para crear conciencia de la problemática social.
Ver y sentir ese México con grandes desigualdades sociales, nos despierta el espíritu de transformación de las realidades que vemos de pobreza y que, durante decenas de años de los gobiernos deshonestos y lejanos a la población, se incrementó con la derecha del PAN y PRI, mucho más en los tres últimos sexenios.
López Obrador no engañó con su proyecto de gobierno, estuvimos al tanto de lo que dijo al respecto de sus programas durante sus campañas para llegar a la presidencia.
No ha sido engaño que millones de jóvenes reciban apoyo para continuar sus estudios con becas que no son cantidades simuladas que no sirvan para nada y con requisitos imposibles de cumplir. Las becas para educación básica llegan ahora a familias con bajos ingresos, este año recibirán 920 pesos mensuales.
Seguir escribiendo sobre por qué el fenómeno López Obrador tiene aceptaciones arriba de 60 por ciento, nos puede dar la visión de no regresiones a un pasado que originó la miseria y la violencia en México.
Empezarán las campañas. Es un decir, ya que tenemos meses de que vemos a todos los candidatos de los partidos, haciendo campaña.
Lo cierto, es que hay una aceptación de continuar con la política social del actual gobierno que, con Claudia Sheinbaum, lo representará y seguro, se pulirán programas sociales, en seguridad y principalmente tecnológicos muy orientados al mejor uso de los recursos naturales, que México es rico en ellos.
Por el lado del ridículo y cursi membrete de la coalición prianderrista, Fuerza y Corazón por México, que no dice nada de la justicia social que requirió el país en los sexenios del PAN y del PRI, su candidata que, con esa risita alelada, cree que convence al electorado.
Sus errores se magnifican día tras día con sus mentiras, como el tratar de ocultar que la violencia fue signo de que sus jefes Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto, nunca vieron por la población, menos por los jóvenes.
Sus mentiras y falta de conocimiento de lo que es la sociedad mexicana la llevan a ocurrencias como el decir que quitando las micheladas se acaba con la delincuencia y, al rato, sale bebiendo cerveza con un grupo de jóvenes, ¿usted le llamaría hipocresía?
Las encuestas revelan que Claudia Sheinbaum va arriba más de 20 puntos de su contrincante la “risueña” Xóchitl Gálvez.