Fresnillo.- Más de 100 personas al día acuden al tiradero municipal para, a través de la pepena, obtener recursos para la manutención de sus familias.
Sin embargo, aunque están en contacto directo con la basura, estas personas realizan sus labores sin ninguna protección, pese a que se exponen a enfermedades.
Ninguno de los pepenadores cuenta con Seguro Social, pues sólo acuden a la presidencia para que les den permiso de ingresar al basurero, aunque para ello deben presentar su identificación y un comprobante de domicilio.
Algunos pepenadores laboran en este espacio desde hace 18 años, aunque también hay otros que llevan un año en este oficio. El trabajo inicia desde las siete de la mañana y termina después de las 20 horas.
Para cumplir su encomienda invierten en cubrebocas, guantes y botas especiales, pero la mayoría aseguró que no tiene dinero para adquirirlos.
Los pepenadores regularmente tienen algún parentesco, es decir, son hermanos, tíos, primos o cónyuges, por lo que trabajan en equipo a fin de salir adelante y obtener mayores recursos para cubrir los gastos familiares.
Enrique, quien es pepenador desde hace 16 años, expuso que “tenemos años que ninguna de las autoridades de salud nos visitan. Aquí no dan ningún equipo de protección, porque no tenemos derechos como trabajadores”.