La plaza Bicentenario se vistió con los colores y sabores de la cuaresma, donde, por primera vez desde la llegada de la pandemia, los comerciantes perciben un alza en las ventas.
“Pásele, mi güero, ¿qué va a llevar?, tenemos filete, camarón, ¡pásele!”, son algunas de las invitaciones que se escuchan por el tianguis que, cada año, ofrece a los zacatecanos una alternativa para comprar productos del mar y algunos ingredientes típicos de la comida de esta temporada.
El olor a canela se mezcla con los aromas de pipián, comino y otras especias. A pesar del calor, la gente acude a mediodía a comprar los ingredientes de la comida de esta tarde de Miércoles de Ceniza.
Con el inicio de la cuaresma, las ganas de degustar una deliciosa capirotada no se hacen esperar, la gente se forma aguardando por su turno de escoger las piezas de piloncillo, grageas, azúcar, pasas y pan.
Otros se quedan al principio del pasillo del tianguis, esperan comprar algunos de los platillos preparados: camarón, aguachile, ceviche y tostadas, incluso comida caliente como mojarra frita.
Aunque los precios de todos los productos presentaron un incremento “las ventas están mejorcito que el año pasado”, expuso uno de los vendedores.
Por el tianguis se aprecian los puestos abarrotados de gente con cubrebocas comprando bagre, tilapia, camarones, pulpo y otros productos frescos del mar.
Durante toda la cuaresma este tianguis estará abierto a toda la población como una forma económica y práctica de continuar con las tradiciones.