De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), en México, a siete de cada 10 ciudadanos no les alcanza para comprar los alimentos que necesitan sus familias de manera cotidiana, dado que para ello se requiere un gasto de 200 pesos al día.
Esto se refleja en el poder adquisitivo de las familias en la entidad que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el ingreso promedio es de 3 mil 900 pesos mensuales en la zona urbana y 3 mil en la zona rural, contra los 900 pesos promedio que se requieren para adquirir la canasta básica, resulta insuficiente.
De acuerdo con la alianza, la continua alza de los productos de la canasta básica genera una inseguridad alimentaria en el país, que “pone en jaque a la salud pública y condena a la desnutrición a millones de hogares mexicanos”, advirtió Cuauhtémoc Rivera, presidente de este organismo.
El presidente del organismo refirió que la inflación general anualizada en marzo fue de 7.72 por ciento y la inflación no subyacente, de alimentos y servicios, rondó 16 por ciento.
“La inflación de ahora es provocada por múltiples factores: desequilibrio de la cadena de suministro, ultraconsumo, factores estacionales (sequía), incertidumbre pandémica y la propia incertidumbre inflacionaria, al decir de los pronósticos que ésta se prolongará al menos por un par de años más, inhibiendo con ello la confianza que se requiere para la realización de nuevas inversiones”, señaló Rivera.
Reconoció que el gobierno federal atenderá esta problemática y este miércoles dará a conocer un programa anti-inflacionario para establecer un control de precios a 24 productos de la canasta básica.
La intención es fijar precios de garantía a maíz, frijol, arroz, leche, aceite, huevo, tortilla, atún, sardina, pan de caja, azúcar morena, bistec de res, jitomate, limón cebolla, chiles jalapeños, manzana, naranja, zanahoria, pollo entero, chuleta de puerco, jabón de tocador y papel higiénico.