Inteligencia Artificial: entre la esperanza y la desconfianza
Parte II
El peso que actualmente tiene la Inteligencia Artificial (IA) en las economías de los países se puede leer a partir de la riqueza que está generando y que es medida en proporción del PIB (Producto Interno Bruto).
La IA tiene el potencial de generar un crecimiento económico equivalente a 7 trillones de dólares, que representan un crecimiento anual de 1.5% del PIB global en el lapso de 10 años. Lo anterior, con base en estimaciones realizadas y que fueron dadas a conocer por El Economista en abril del presente año (Llamas, 2023).
En este ámbito económico, una de las principales preocupaciones acerca de las consecuencias de la incursión de la IA se relaciona con el mercado laboral.
Algunos estudios como las conclusiones que la empresa tecnológica OpenAI hizo públicas en marzo de 2023, hacen referencia al impacto en este sentido, puesto que mediante la utilización de su GPT-4 recientemente lanzado, así como la experiencia humana, investigadores de OpenAI analizaron las posibles implicaciones de los modelos lingüísticos en las ocupaciones del mercado de trabajo estadounidense, y, aunque señalaron no se trata de una predicción, descubrieron que cerca del 80 por ciento de la población activa estadounidense podría ver afectado al menos el 10 por ciento de sus tareas laborales por los GPT o Generative Pre-trained Transformers (es.euronews.com, 2023).
La misma fuente menciona que alrededor del 19% de los trabajadores podría ver afectadas al menos el 50% de sus tareas.
El estudio examina la “exposición” de las tareas laborales a la IA, “sin distinguir entre los efectos de aumento o desplazamiento de la mano de obra”. Los investigadores definieron esta “exposición” como una medida de si el acceso a un sistema impulsado por GPT podría reducir en al menos un 50% el tiempo que tarda un humano en realizar una tarea laboral específica (es.euronews.com, 2023).
Los humanos que participaron en la investigación, etiquetaron 15 ocupaciones como totalmente expuestas, mientras que el modelo lingüístico etiquetó 86 con esta misma categoría.
Las ocupaciones que los humanos consideraron expuestas al 100 por cien son: matemáticos, preparadores de impuestos, analistas financieros cuantitativos, escritores y autores, diseñadores de páginas web e interfaces digitales, de igual manera, aunque en menor nivel, consideraron a investigadores de encuestas, escritores y autores, intérpretes y traductores, especialistas en relaciones públicas, zootecnistas.
Mientras que el modelo lingüístico identificó como 100 por ciento expuestos, matemáticos, contables y auditores, analistas de noticias, reporteros y periodistas, secretarios jurídicos y asistentes administrativos, gestores de datos clínicos y analistas de políticas de cambio climático (es.euronews.com, 2023).
Sin embargo, los investigadores reconocen las limitaciones de esta investigación, ya que están basadas en una tendencia, más no precisamente en un modelo existente, por tal motivo, refieren como la primera limitación identificada el hecho de que su enfoque se basaba en la subjetividad del etiquetado, lo que podría dar lugar a juicios sesgados sobre la fiabilidad y eficacia de las GPT en determinadas tareas laborales dentro de ocupaciones desconocidas para los investigadores humanos, entre otras. Por lo cual debe tomarse con algunas reservas el resultado de esta investigación.
Otros estudios hacen referencia a que los servicios legales, el telemarketing y desde luego, las relacionadas con la redacción, serán en un futuro cercano algunas de las carreras en las cuales la IA podría suplantar parcial o totalmente, la actividad realizada por humanos.
Algunas de las conclusiones respecto del tema de la IA en el mercado laboral presentan un balance en este sentido, al tomar como punto de partida el hecho de que a lo largo de la historia de la humanidad diversos empleos han desaparecido para las personas como consecuencia directa de la automatización; sin embargo, también es verdad que en la misma medida, han surgido nuevas ocupaciones que se han demandado conforme a las necesidades y tendencias del sector productivo.
En este orden de ideas, las personas se han adaptado y generado otras habilidades con base en estas exigencias, el ejemplo más palpable lo encontramos en el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicaciones, aplicaciones y todos sus derivados que hoy son parte de nuestra vida cotidiana.
Continuará…