Qué esperar este 2023
Como usted bien lo sabe estimado lector, hace unas cuantas semanas se aprobó el paquete económico 2023. Respecto a cultura se vio un aumento de más de 22 millones de pesos, lo que sin duda fue motivado entre otras cosas, a las reacciones posteriores a que se vieran menguadas algunas actividades con cierta tradición como el propio festival de Teatro de Calle que en su edición 2022, hubiera cumplido 20 años y que fuera irrealizable por cuestiones presupuestales.
Sin ser una experta en el tema, seguramente hay tópicos que quedan pendientes en este ámbito para volver a recuperar la tradición turística-cultural que nuestra ciudad y nuestro estado quisieron resaltar desde hace algunos años. Su título de ciudad patrimonio cultural de la humanidad, así como su historia, la hacen el escenario perfecto para perfilarse como el destino predilecto del turismo cultural. ¿Qué podríamos esperar en los próximos meses para que esto sea una realidad? ¿Qué se podría hacer para que el propio zacatecano viva y disfrute de su derecho a la cultura?
Recapitulando la actividad cultural del año anterior, pudiéramos desear y confiar en que se continúe insistiendo en una agenda de actividades y exposiciones en nuestros museos. El segundo semestre del 2022 vio la presencia de una importante exposición temporal en el museo de Guadalupe -gracias a la colaboración de otras instituciones museísticas como el Soumaya y MUNAL-, así como la instalación de exposiciones de arte contemporáneo en recintos como el ex templo de San Agustín, que -dicho sea de paso- por mucho tiempo ha sido desaprovechado.
Sin embargo, para quienes deseamos que nuestro estado sea un centro artístico y cultural tan dinámico como lo merece, sería también deseable esperar que estas exposiciones tengan una mayor periodicidad y una mejor difusión. La mayoría de los zacatecanos desconoce, si no es por redes sociales, éstas y otras actividades. En el mejor de los casos, les dará curiosidad entrar, pero por lo regular, hay un constante vacío generado por el poco o nulo proceso comunicativo en que se invite a la población a llenar los espacios museísticos.
La descentralización de las actividades culturales debería seguir siendo una prioridad. Más allá de expandir el programa de ciertos festivales a diversos municipios, también sería deseable que se fomentaran los propios festivales municipales en donde se destacara lo propio, lo identitario y lo local. Los museos comunitarios son espacios poco explorados y aún valorados y, como su nombre lo indica, son directamente administrados y gestionados por la comunidad. No obstante, los apoyos de institutos culturales municipales o estatales son fundamentales para que continúen su subsistencia. Muchos de ellos cuentan con acervos importantes desconocidos para la mayoría de los zacatecanos, quienes nos sorprenderíamos de las joyas que se encuentran invisibles en municipios y comunidades, a veces no muy lejanas de la capital.
Este 2023 nuestra ciudad cumple 30 años como ciudad patrimonio cultural de la humanidad, lo cual no es poco. Hemos mantenido el nombramiento y, sin duda, desde 1993 se ha puesto especial atención a la conservación y cuidado de nuestro centro histórico, a pesar de ciertos reveses (no olvidemos aquella desafortunada “restauración” de Plaza de Armas en 2015). Sin embargo, esperemos que dicho aniversario sea la oportunidad para volver a replantearse los planes de gestión del centro histórico en beneficio no solo del turismo, sino también de la propia ciudadanía. Pensar en la peatonalización y en la problemática de las fincas derruidas y vacías, debería ser un tema prioritario en un centro histórico, sí, pero también vivo y dinámico. La recuperación de barrios típicos en términos de seguridad y actividades, es fundamental para descentralizar el propio Centro Histórico y mostrar también la historia y tradición de otras zonas importantes.
Finalmente, por supuesto que es deseable que los artistas y creadores locales cuenten con espacios para crear y exponer. Los últimos meses se vio un incremento en el número de galerías de arte presentes, al menos, en la ciudad capital. Las galerías no son sólo puntos de venta, son espacios donde se puede impulsar la carrera de noveles artistas o revalorar la obra de aquellos que por diversas situaciones no se dieron a conocer en su espacio y su contexto. Esperemos también que desde el ámbito institucional se continúe apoyando a los creadores zacatecanos que, a final de cuentas, son los que impulsan y dinamizan el arte y la cultura locales. A lo largo de estos meses podremos ir vislumbrando como estos breves aspectos se van desarrollando, mientras tanto ¡Feliz año!