Consumismo, el mercado ideológico
Sentido ideológico. Llevamos en la narrativa y análisis del consumismo, la tarea de darnos cuenta de que la inventiva humana desde la prehistoria nos lleva a consumir.
Con los nuevos medios de producción, que abaratarían costos en los bienes que necesitamos, como alimentación, vestimenta, transporte y vivienda -primordialmente-, vendría la incógnita de conciliar la cantidad de productos, la generación de riqueza en unas cuantas personas y el sustento económico.
Adam Smith, a quien que se le conoce como el padre del capitalismo, ya enfocaba sus teorías en proteger al capital como generador de riqueza y el mercado para obtener dinero para aquellos que ostentaban los medios de producción.
Según Linda Yueh (en BBC) lo que hizo Smith con su obra seminal La riqueza de las naciones (1776) fue mejorar el entendimiento de cómo funciona una economía industrial, algo que recién estaba surgiendo en su época.
La propiedad privada que ya antes de la Revolución Industrial controlaba industrias agrícolas como el algodón, se vio favorecida con la nueva maquinaria textil que le permitía mayor cantidad de mercancías.
Entonces, entendemos cómo Adam Smith manejó concepciones económicas de producción, precio, distribución, finanzas públicas, comercio internacional y crecimiento económico. Apuntó el sistema económico y social hacia la propiedad privada, creyendo que era muy necesaria para generar riqueza con mecanismos de mercado.
Si observamos, el capitalismo está organizado para aprovechar el dinero y obtener intereses, sobre todo, cuando la población mundial en 1800 era de 980 millones de habitantes, que para 1910 ya alcanzaba los 1750 millones de habitantes, mayor de 50 por ciento. El crecimiento de la población es un factor que seguiremos considerando.
Las fortunas basadas en los cambios productivos empiezan a generarse en estos tiempos, como diría el gran Arnaldo Córdova (nada que ver Lorenzo con él) en un seminario con el SUTIN: “no sabemos de los más ricos del mundo, donde Rockefeller es un pequeño burgués”.
Andrew Carnegie construyó su fortuna con empresas siderúrgicas, una de las aplicaciones que impulsó el magnate, fue la construcción de puentes utilizando el acero, uno sobre el río Mississippi. Posteriormente lo empleó en la construcción de edificios. Algo insólito, mostró aprecio sobre los derechos de los trabajadores para formar sindicatos e increíble (en un millonario), demandar mejoras a los patrones.
Otra familia que aprovechó los cambios tecnológicos para apoyar con sus bancos las redes ferroviarias de Austria y Francia y que dirigió sus inversiones en ingeniería, específicamente hacia las fundiciones con NM Rothschild & Sons.
Pero tenían defensores de la sociedad con otros filósofos y economistas, uno de ellos Karl Marx. Sus conceptos, realmente humanistas y buscando la igualdad en la sociedad, han sido desvirtuados con la avalancha capitalista. Quiero volver a insistir, se da en la mente humana, que busca satisfactores excesivos a sus necesidades, en la mayoría de los grupos sociales.
Marx observó que a la sociedad la dominan esos pequeños grupos de grandes fortunas, aprovechando la crisis económica, provocados por entidades financieras que empezaban a controlar la economía mundial. En los Manuscritos de 1844, es importante para Marx la relación laboral con el bienestar.
La lucha entre las clases sociales, consumismo y empleo siempre estarán ligadas a la economía mundial, como seguiremos analizando.
Vaya, vaya. Me resulta irrisorio que esté aflorando un racismo discriminador y trasnochado, cuando me entero de que la palabra “naco” fue la palabra peyorativa contra asistentes del concierto del Grupo Firme. ¿Qué dirán los amigos con los que compartí la vida en Ciencias de la Terra? Uno de ellos, el buen “Güero Carrillo” que siempre le terminaba diciendo que un servidor le ganaba en ser un gran “naco”.
El analista Fabrizio Mejía, menciona: “Dijeron que el concierto que tenía 280 mil asistentes y dos millones de personas viéndolo por Internet, era una sopa de nacos, propusieron que fusilaran a la gente porque era música agropecuaria, que eran narcocorridos”. ¡Qué bárbaros!, estos racistas fascistas que han de ser arios.
Creo, que Pepe Woldenberg, no se dio cuenta de las barbaridades de la marcha de odio en contra de López Obrador, de quienes en número se asemeja a la de 2004, magnificada por Aguilar Camín, según él, de 800 mil, contabilizado por Google, se ve que no estudió ingeniería ni pasó aritmética.
Usted también puede calcular (con Google Earth) las calles aledañas y la plaza del Monumento a la Revolución, que tienen un área aproximada de 53 mil m2, júntese con su familia o amigos y marquen un metro cuadrado, observará que medio apretados caben cuatro personas, multiplíquelos por el área, el resultado será 212 mil concurrentes, qué bueno estudiar ingeniería y no ser un intelectual a modo. Del cupo en el Zócalo lo calcularemos después.
Hasta cuándo se actuará en serio contra la impunidad de los expresidentes. Actualmente, sale otro fraude de Felipe Calderón en la construcción de la Central Hidroeléctrica La Yesca en el Estado de Nayarit inaugurada en 2012.
En España, en un informe presentado por el abogado español Mauricio Cort, se exhibe que hay un costo que excedió en 30 por ciento lo proyectado inicialmente.
La Policía de Andorra cuestiona el informe de Cort, que se tituló “Estudio de riesgos para determinar la pérdida máxima probable del proyecto hidroeléctrico La Yesca”. Y sostiene que las firmas que abonaron el trabajo fueron instrumentales (sin actividad). Los agentes indican también que el letrado operó como pieza clave en un engranaje de pago de sobornos que funcionó para que constructoras resultaran agraciadas con adjudicaciones públicas (nota del diario El País).
En el consumismo hay ideologías y pillos que nos consumen.