VALPARAÍSO. Mientras los hechos de violencia con los tepehuanos aumenta, en materia de inseguridad, la actividad delictiva menguó en el municipio, lo que permitió que ya un 80 por ciento de las familias desplazadas por la inseguridad regresaran a sus comunidades de origen.
Desde la segunda quincena de diciembre y hasta la fecha, hubo una reducción significativa de hechos violentos, lo que motivó a las familias a regresar a sus hogares, informó el presidente municipal Eleuterio Ramos Leal.
No obstante, a su retorno, reportaron pérdidas sobre todo en animales que murieron de hambre y el robo de ropa, trastos, estufas, televisores y equipos de sonido o algún otro aparato electrodoméstico.
El alcalde consideró buena noticia que la mayoría de las familias volvió a rehacer su vida a sus localidades, aunque el otro 20 por ciento, tras hechos reportados hace alrededor de tres meses, siguen yendo a trabajar y se regresan a pernoctar a Valparaíso debido al temor que todavía tienen de instalarse por completo en sus casas.
Reprochó el alcalde que en estas comunidades no hay presencia alguna de cuerpos de seguridad y, a pregunta expresa, respondió que las familias “jamás recibieron apoyo del gobierno estatal” en materia de ayuda para alimentos, pagos de renta y para cubrir otras necesidades.
A pesar de que las familias determinaron regresar a habitar sus viviendas, lo hicieron sin el auxilio de alguna corporación de seguridad que tan siquiera realice rondines “que son absolutamente nulos, sobre todo ya en las áreas de la sierra, donde no hay quién se eche una vuelta”.
Solo por la región de El Mirador se vio patrullaje de vez en cuando, “pero en realidad no hay una presencia permanente como se requiere”, afirmó el alcalde.
Lo anterior, a pesar de que se hizo el llamado a las autoridades de Seguridad Pública, para que haya permanencia de las corporaciones; “solicitamos hace tiempo un destacamento permanente, se pidió el apoyo para que se estableciera un destacamento del Ejército o de la Guardia Nacional, pero siguen sin atendernos ni escucharnos”.