Si la izquierda mexicana tuviese un Santo, éste sería Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del “Tata” Lázaro Cárdenas, ídolo de los zurdos mexicanos.
Quien lo es por su “hazaña” de nacionalizar el petróleo y entregar los latifundios a los ejidatarios.
El Ing. Cuauhtémoc, su hijo, fundó el PRD, ganó la CDMX para este partido -primer triunfo reconocido a la izquierda en elecciones mexicanas-, acogió a López Obrador -a quien rescató del PRI-, impulsó el sistema democrático que tenemos hoy y que López pretende desmantelar pese a que lo condujo a la Presidencia.
En fin, larga y distinguida es la trayectoria de Cuauhtémoc Cárdenas en la política mexicana y especialmente para los simpatizantes de la izquierda.
Por ello no se entiende que el Señor López se le haya aventado ayer en la desmañanera a la yugular, llamándole adversario y afirmando que “está del otro lado”.
Todo porque avaló algunas críticas contra la muy particular forma de desgobierno del Señor López, mismas de las que luego -arrepentido “por motivos políticos”- se desmarcó Cárdenas.
Tratar de esta manera al Ingeniero, un ícono, demuestra -una vez más- la INTOLERANCIA extrema de López, sus excesos, su visión de que el que no está postrado a sus pies lambisconeándolo (como corcholata), está en su contra.
No sabemos qué condujo a Cárdenas a desmarcarse del Colectivo por México, quizás en una jugada de sacrificio se echó para atrás con tal de no dividir, o no enfrentar al que fuese su seguidor y pupilo, pero que luego despojó -y desmanteló- el PRD bajando a Cárdenas de la tarima a empujones.
Ha sido a lo largo del tiempo una característica del Ingeniero pecar de prudencia, es muy su prerrogativa; lo único que advertiríamos es que deslindarse del Colectivo, después de que López lo agredió verbalmente, nos parece un error.
Un error que envalentona al bully y reduce la figura icónica de Cárdenas.
Después de todo, fuera de la relación personal, ¿en qué le ayuda a Cárdenas cuidar la figura presidencial?
Muy entendible sería que tras largos años de brega y lucha, con 88 años a cuestas, Cárdenas ya no quiere queso sino salir de la ratonera.
Es decir, no desea en su vida más broncas y menos con el pleitista número uno de la política nacional.
Adicionalmente -y reconociendo que al Ingeniero le asiste todo el derecho de asumir la posición que más le cuadre- el no participar en el Colectivo es una cosa, pero el haber coadyuvado a formular el DOCUMENTO de posicionamiento de éste -sumamente crítico del Gobierno amlista- es OTRA.
¿Acaso también cambió de parecer Cárdenas respecto al diagnóstico adverso al Gobierno de López?
¿Ahora qué, acaso sigue pensando igual, o ya no?
Salta a la vista que al señor López le encamionó sobremanera que haya surgido un grupo bastante plural criticando fuertemente sus pifias como gobernante.
Ya hemos visto que no se requiere mucho para hacer montar en ira a este Señor, pero como que le molesta todavía más que le hagan montón para enfrentarle desde todos los puntos cardinales de la política mexicana.
Curioso resulta que de todo el grupo incluido en el Colectivo, escogió a Cárdenas para recetarle la “pamba loca” verbal, pudiendo haberlo hecho “en colectivo”: es decir, con todos como grupo.
Ahora que preciso es destacar que -independientemente de qué tan efectivos resulten los esfuerzos de este Colectivo- no deja de tener cierto “mérito” el lograr UNIR A TIRIOS Y TROYANOS EN CONTRA.
¡No cualquiera lo logra!
El que haya surgido un “TUCAM” (Todos Unidos Contra Andrés Manuel”) no deja de dibujar en el panorama político mexicano la existencia de un DESCONTENTO amplio.
Lo cual ubica al Gobierno de la Cuarta Tundación como el EPICENTRO de la polarización y la división.
Lo cual puede explicar la absoluta INCAPACIDAD del Gobierno para sofocar la inseguridad, promover la creación de empleos, contener la inflación, atraer inversión extranjera, sacar de la RUINA a PEMEX, redimensionar y eficientar a la CFE para que detone el crecimiento: esto y muchas tareas pendientes más.
No se puede lograr algo cuando todo el tiempo se ocupa en atacar y agredir a “adversarios” y no en Gobernar.