Pensar, tener disciplina e inspiración son las claves para transformar una idea en un poema, destacaron los escritores que participaron en la tercera mesa de lectura del Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde.
Enzia Verduchi, originaria de Campeche, mencionó que “pensar también es escribir”, pues explicó que la disciplina no significa únicamente sentarse a escribir todos los días a la misma hora, sino que a veces es necesario retener una idea constantemente y trabajarla en la mente y de alguna manera “escribirla en el pensamiento”, antes de plasmarla en el papel.
Además, la poeta comparó la producción literaria con la elaboración de un vino, ya que afirmó que ambos productos pueden ser muy buenos en su primer día, pero al dejarlos madurar podrían tomar otros matices que podrían generar una mejor bebida fermentada o cristalizar un poema con mayor potencia.
La escritora recomendó a los asistentes interesados en la producción literaria a leer constantemente para nutrir su propia voz poética y, para aquellos que apenas inician en el oficio del escritor, propuso como ejercicio emular el estilo de los autores clásicos hasta alcanzar uno propio.
Norberto de la Torre, escritor originario de San Luis Potosí, se presentó como un “creador de juguetes”, al describir su proceso creativo como un oficio lúdico y placentero: jugar con las palabras y luego ver cuál es el resultado final.
El creador literario dijo que no escribe poemas, sino que crea juguetes y compartió con la audiencia cuatro de sus más entrañables historias. Sin embargo, agregó la importancia de la disciplina a la hora de realizar esta actividad.
Sergio Briseño, poeta de Colima, quien proviene de una familia de mecánicos, fue honesto y dijo que para él, la creación de historias va muy ligada a la inspiración y a los momentos personales, como las historias familiares, sentimientos y sensaciones que tuvo como resultado de sus vivencias.
Como ejemplo compartió con los alumnos del Centro de Actualización del Magisterio de Zacatecas (CAMZ), poemas que forjó en sus viajes y explicó cómo su entorno nutrió sus versos.
La mesa de lectura estuvo conformada por seis panelistas, de los que destacó Karen Salazar Mar, la única escritora zacatecana y quien abrió su intervención con el poema Primeras letras.
En su narración compartió momentos íntimos, sus sueños y sus recuerdos; en la lectura también deleitó a los presentes con un poema que se llama Maternidad, que describe el amor de una madre que ama tanto a su hija que desea que permanezca en el lugar de ensueño.