El magisterio, profesión de la esperanza y el cambio
En una sociedad sacudida y estrujada por tres profundas violencias (la pandémica, la criminal y la pobreza social), factores que han acelerado la presencia de emergentes escenarios, el magisterio que, [en Zacatecas se constituye por un ejército de miles de trabajadores], se erige hoy como la profesión de la esperanza y el cambio, solo si se le resignifica en lo pedagógico, profesional, en lo social, en lo económico y se le trata con dignidad, no con desprecio.
Las sociedades desarrolladas del planeta lo son, porque reconocen que las maestras y los maestros son la columna principal de la educación de calidad y excelencia, y, simultáneamente con ello se convierten en la base de la transformación económica (en los actores del cambio) que genera justicia, bienestar e igualdad.
El porvenir de los procesos de enseñanza depende, indiscutiblemente, del fortalecimiento de la profesión docente y del mejoramiento de sus condiciones integrales de vida, lo que pasa por la exigente condición de no trivializar su rol en la sociedad.
Luego de la experiencia traumática y devastadora que ha dejado tras de sí la pandemia del SARS-CoV-2, con una herencia de miles de muertos y una inenarrable destrucción económica, es tiempo de la transformación de la educación para construir la esperanza de un mejor futuro.
Pero si en ese contexto de urgencias no se modifican los modelos de formación docente, para producir profesoras y profesores para un cambio de época, para la era digital y la cuarta revolución industrial, a poco o nada positivo podremos aspirar en Zacatecas.
En ese sentido, es pertinente promover la resignificación simbólica de la trascendente función que desempeñan las y los profesores en la construcción de la sociedad de nuestro tiempo.
Múltiples retos se enfrentan en la actualidad en materia de formación docente. Uno de ellos está relacionado con el tipo de habilidades, aptitudes, actitudes y herramientas (metodologías y procedimientos) con las que se debe equipar a los maestras y maestros, para atender los desafíos de una generación y una sociedad líquida (como le llamó el sociólogo Zygmunt Bauman, en su libro La Modernidad Líquida), para describir los cambios vertiginosos que transcurren como el agua que se desplaza entre los dedos de una mano.
Es pertinente en este Día del Maestro, replantear las políticas públicas que otorguen trato digno y respetuoso a las profesoras y profesores, lo que implica al menos cuatro condiciones: 1).-Salarios justos y oportunos; 2).-Una necesaria revaloración social de su labor profesional; y 3).-Condiciones de trabajo racionalmente humanas y aceptables; y 4).-Oportunidades de formación y moderna capacitación continua, para la mejora permanente.
En Zacatecas, entidad con una histórica rica tradición educativa en formación docente, se requiere sentar las bases de un nuevo paradigma de producción de maestras y maestros que respondan a las expectativas de la social digital de nuestro tiempo.
Crisis y escasez de maestros
La UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) documentan que, para garantizar la universalización de la educación básica en el mundo, en la perspectiva del 2030, se requieren adicionalmente más de 60 millones de maestras y maestros. De esos, 20 millones serían para atender el nivel de primaria y 40 millones para secundaria.
Dichas agencias explican que existe una crisis de la profesión docente, por el mal trato económico y salarial que se le otorga y la mayoría de los jóvenes no la ven como una opción laboral atractiva. Además, en muchos países el magisterio enfrenta condiciones complejas de alta violencia (como en México) que le convierten en un trabajo de alto riesgo social.
En la actualidad, laboran en el planeta más de 60 millones de profesores y profesoras que atienden una matrícula de más de mil 500 millones de alumnos en todos los niveles.
La fuerza del magisterio
En nuestro estado se desempeña cotidianamente un ejército integrado por más de 45 mil trabajadores de la educación, que son fuerza fundamental para el desarrollo de Zacatecas. Para ellos hay que consolidar las condiciones laborales de un trato digno y respetuoso.