MADRID. Sebastián Castella demostró esta tarde en Madrid ser un torero colmado de grandeza y autenticidad, pues consiguió el corte de una oreja en su primero, mientras que en su segundo puso todo el valor necesario pese a llevar el muslo atravesado al caer herido.
Para el torero francés, el reencuentro con Madrid y una plaza donde ha tocado la gloria, no ha podido ser de mejor forma.
Apenas el pasado 19 de mayo abría la Puerta Grande y hoy de nueva cuenta estuvo muy cerca de la gloria.
Con su primero: un toro que tuvo clase, pero le faltó esa fuerza. Castella estructuró una buena faena, dejando lucimiento por ambos pitones; toreó con hondura por el izquierdo y rubricó de gran estocada para cortar una oreja.
Una historia diferente con el segundo, un toro con mucho peligro, pendiente siempre de él al que antepuso el valor, y la serenidad, pues herido plantó cara sin dejarse nada hasta estoquear al astado.
Se retiró en medio de una grandiosa ovación tributada a su grandeza, y de propio pie pasó a la enfermería.
Uceda Leal y la clase que posee se dejó con las pinceladas en muleta ante su primero, un toro al que le faltó la transmisión.
Uceda, con temple, firmó naturales con ese toreo de corte clásico, entendiendo siempre las condiciones del toro.
También por el derecho tuvo importantes series; la rúbrica fue una buena estocada para cortar una oreja. Las verónicas de Morante de la Puebla abrieron su actuación esta tarde. El quinto, fuertemente castigado en varas y en la muleta no ha ofrecido nada: Morante fue pitado.
Una gran estocada, la rúbrica
Abrió plaza Vigilante de 553 kilos, para Uceda Leal, quien saludó discretamente con el capote. Brindis al respetable dando paso a un inicio de faena donde el toro perdió en dos ocasiones las manos.
Con decisión se plantó y consiguió dos buenas series por el pitón izquierdo. Uceda estuvo bien, solvente, con lo que tuvo por enfrente, aún sin ese toro con transmisión o emotividad, hizo muy bien las cosas. Fallos con la espada para ser silenciado.
El cuarto, Salinero de 530 kilos, segundo del lote de Uceda Leal, que dejó los muletazos con mucha suavidad en el prólogo de su faena de muleta.
Buenas series plasmó con la diestra y también con el empaque y la clase, que lo llevó de buena manera por el izquierdo. Con qué temple continuó para firmar tres naturales con ese toreo de corte clásico que lo hace diferente, entendiendo siempre las condiciones y terrenos del toro. Pureza plena en una serie ligada, tersa, derechazos de calado, un molinete para después vaciar con el de pecho. La rúbrica fue una gran estocada. Cortó una oreja de peso.
Morante de la Puebla, cadencia y ritmo
El segundo, Vivaracho de 538 kilos, para Morante de la Puebla. La cadencia y ritmo la llevó en las muñecas Morante de la Puebla, que se recreó por verónicas en un buen saludo capotero.
En la cercanía de tablas, el comienzo de su faena, misma que abrevió para ser silenciado.
El quinto, Remero de 535 kilos, fue muy castigado en varas y en la muleta ofreció a cuenta gotas a un Morante que decidió no ver más.
Pesado además, con la espada terminó por ser pitado.
Una flameante muleta
Sebastián Castella ante el tercero, Pinturero de 546 kilos, toro de José Vázquez, muy suelto. En su faena de muleta comenzó con firmeza y determinación, dejando la primera serie por el pitón derecho.
Un fuerte aire le flameaba su muleta y deslució lo que buscó por el izquierdo. Se mantuvo ahí, dispuesto, y sacó dos series con buena estructura, temple y mando. Lo llevó con suavidad, de lo contrario el toro perdía las manos evidenciando la justa fuerza que llevaba.
Una serie aquilatada con mucha clase firmó con la diestra, pues el toro tuvo ese fondo de nobleza. A pies juntos lo ha llevado templado por el izquierdo, pero el toro el mismo fuelle. Mató de gran estocada para cortar una oreja.
El sexto, Jopillo de 528 kilos, para Sebastián Castella. Brindis sentido al respetable. Muletazos por bajo ante otro toro justo de fuerza al que buscó llevar muy templado.
El toro se le quedó y lo prendió, se quedó con mucha determinación y se le ha vuelto a quedar haciendo el amago de prenderlo. No fue fácil este cierra plaza, además Castella ya llevaba la cornada, pero tuvo la vergüenza torera de quedarse y terminar su labor.
Decidió ir por su propio pie a la enfermería para ser atendido, en el camino, recibió múltiples aplausos, la afición reconoció su enorme entrega.
Ficha
Plaza de Toros Las Ventas. Vigésimo primer festejo de la Feria de San Isidro. Lleno de «No hay billetes», tarde fría, con viento y pertinaz lluvia.
Se lidiaron Toros de El Torero, justos de fuerza y uno más de José Vázquez, con clase.
Uceda Leal, silencio y oreja.
Morante de la Puebla, silencio y pitos.
Sebastián Castella, oreja y ovación.
Parte médico de Sebastián Castella
Herida por asta de toro en cara interna de 1/3 inferior del muslo izquierdo, con dos trayectorias: una ascendente de 20 centímetros que produce destrozos en músculos vasto interno y recto anterior, y otra hacia atrás de 15 cm que produce destrozos en músculo vasto interno y que alcanza el fémur.
Bajo anestesia general es intervenido en la enfermería y trasladado a la Clínica La Fraternidad-Muprespa Habana.
Pronóstico: Grave
Firmado por los doctores Máximo García Padrós y. Máximo García Leirado.
Foto: Manolo Briones