JEREZ DE GARCÍA SALINAS. El Ejército Mexicano retiró, la noche de este lunes, la base de operaciones que hasta entonces había permanecido por un año en la comunidad Ermita de los Correa, la cual fue afectada por el desplazamiento forzado ante la presencia de grupos delictivos.
Por ello, los habitantes se manifestaron en la presidencia municipal, para exigir que continúe la vigilancia militar en la zona.
Ermita de los Correa fue una de las primeras localidades donde la población fue obligada a huir de sus hogares por grupos criminales, y también fue la primera a la que sus pobladores regresaron, esto porque se les garantizó que permanecería una base del Ejército. Sin embargo, este lunes los elementos se retiraron sin previo aviso.
Al percatarse de esto, los pobladores de la Ermita acudieron en grupos la mañana de este martes a la cabecera municipal, para entablar un diálogo con las autoridades, con la amenaza de no retirarse si el alcalde José Humberto Salazar Contreras no les ofrecía una solución inmediata a su caso.
Exigencias y compromisos
Fue hasta las 13 horas cuando se entabló el diálogo, una vez que arribó el general Alejandro Vargas González, comandante de la undécima Zona Militar, luego de una petición realizada por el presidente municipal, quien solicitó su asistencia para tratar la situación con los manifestantes.
En la calle principal, donde permaneció un bloqueo junto con elementos del Ejército, el general Alejandro Vargas se comprometió a que la vigilancia en Ermita de los Correa continuará con el regreso, este mismo martes, de los efectivos; además permanecerán los rondines por toda la zona de la sierra.
Las justificaciones que presentó el Ejército para retirarse consistían en que debían proseguir la vigilancia por otras zonas que también requerían de asistencia, así como la consideración de que la situación en la comunidad está en aparente calma.
Sin embargo, los motivos expuestos no fueron suficientes para los habitantes, quienes exigieron que los militares se queden, al expresar su temor de que en cuanto la vigilancia se vaya, sean nuevamente rehenes de los grupos criminales, argumento que en ocasiones fue respaldado por elementos de la Guardia Nacional (GN).
