VÍCTIMAS, NO CIFRAS
Que las autoridades dejen de contar números y que entiendan que las víctimas de la violencia son personas fue una de las principales demandas de distintas organizaciones civiles en el Ángel de la Independencia. Sangre de mi sangre se llama la iniciativa y la protesta nacional fue apenas el domingo pasado.
A la capital del país se movilizaron zacatecanos, también, con hilos rojos que recuerdan las graves violaciones a los derechos humanos que se cometen día con día en el estado. Crece el tejido de la violencia, tras descomponerse el social.
¿Qué le dice el 20 por ciento que presume la 4T como reducción en las cifras de homicidio a las madres y los padres que perdieron a un hijo, a quienes buscan a sus hermanos, a los hijos huérfanos? Y la lista sigue. En el cierre de este año, el “vamos muy bien” del todavía secretario de Seguridad, Adolfo Marín, no sólo no convence, sino que es hasta grosería.
SE REPITE
Fue en Monte Escobedo, otra vez. Después de que ojos desde varias partes del mundo voltearan a Zacatecas horrorizados por el perro con una cabeza humana en el hocico, ahora fueron los restos de cuatro personas regados por las calles lo que provocó el horror. Una escena de terror tras otra.
Eso sí, las escuelas retomaron actividades rapidito, para contento de la secretaria fantasma, Maribel Villalpando, y una vez que el personal de la fiscalía terminó de recoger todos las partes desmembradas y dejadas por la cabecera municipal. Pero que no nos preocupemos, porque en esta ocasión no se les perdió ninguna, como en octubre.
A las 11 de la mañana, niños y niñas ya estaban en las aulas. No fuera a ser, comentan desde la nueva gobernanza, que los maestros de Monte Escobedo fueran a faltar al sagrado calendario dictado por la SEP o, peor, que se les ocurriera algo como la petición, casi ruego, del SNTE 58, de tener clases virtuales.
DE LUTO
A la lista de atrocidades del día se le sumaron las ocurridas en la capital. Ahí fue donde asesinaron al activista conocido como Zapatita y a otro muchacho, vecino suyo, en un ataque armado en el barrio La Marianita, del centro de la ciudad. “Morena está de luto”, dijo el ex diputado local Omar Carrera, mientras circulaba la foto del joven junto a la jefa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
También, un comerciante más fue ejecutado en el paso a la Plaza Bicentenario, mientras desde la nueva gobernanza se convocaba al desfile navideño, que sería unas horas después y a calles de distancia de la escena del crimen. Es que al fin y al cabo, como ya lo dijo la nueva gobernanza, “todos estamos expuestos”. Y, bueno, además nos lo recuerdan.
AMARGA NAVIDAD
Por si las desgracias no faltaran, sigue la incertidumbre por los aguinaldos y pagos de fin de año. Cuentan los chismosos que desde la SEZ de la nueva gobernanza decidieron agarrar de la lana de unos para no tener problemas con otros, pues al parecer recursos destinados para maestros de primaria se usarían para los de nivel medio. Y que Dios los ayude por si no alcanza la cobija.
Mientras tanto, no hay quién escuche a los jubilados del Issstezac, que volvieron a pedir que sea destituido el director Nachito Sánchez. A nadie se le olvida que no sólo les quitó las prestaciones que les corresponden por ley, sino que también ha resultado ser “el funcionario más violento” de la 4T, región indolencia.
Y como nunca faltan los colgados, al tema se subió la diputada priísta Gabriela Basurto, quien está buena para exhortar, pero mala para procurar que se rindan cuentas. Los pensionados no quieren exhortos, quieren soluciones, con diputados que ni preocupados ni ocupados en la reforma están. Al cabo a ellos no les falta Navidad.
Paz para Zacatecas es el deseo en este cierre de año. Nos leemos en enero.