Zacatecas.- Tras destacar que la Iglesia no quiere entrar a las aulas, el obispo Sigifredo Noriega Barceló expuso que desde hace dos años se hizo una propuesta, en conjunto con autoridades educativas, para humanizar la educación y generar una reflexión sobre sus fines.
Explicó que esperan se puedan integrar las reflexiones de la iglesia a las reformas que se hacen en este ámbito, pues al igual que religiosos, son ciudadanos que también quieren mejorar la calidad educativa en el país.
“No se puede imponer ninguna religión, pues estamos buscando la libertad religiosa como derecho humano, que quede claro de una vez por todas. Hemos hecho una reflexión para analizar qué es educar en nuestro tiempo, no es lo mismo que cuando salió en 1917 el articulo tercero”.
“Proponemos una reflexión más profunda, basada en el ser humano, no en las competencias o en la competitividad, pues esa formación no tiene futuro, porque no humaniza; estamos buscando que la sabiduría dé sentido a la técnica”, detalló Noriega Barceló.
Afirmó que a través del documento: Educar para transformar la sociedad, han generado algunas reflexiones antropológicas, que tratan de llevar a los profesores, para que puedan generarse otras condiciones humanas de su aplicación.
“La iglesia tiene su visión, pero no implica que se deba imponer. Como ciudadanos podemos sugerir, y las sugerencias vienen de parte de la antropología y la pregunta de para qué educar, si hay tanto desempleo y profesionistas sin trabajo”, detalló el obispo.
El sacerdote sonorense, indicó que aún hacen intentos por dar a conocer el documento referido en la diócesis de Zacatecas e informó que lo han llevado a las escuelas privadas
Hace un par de semanas, el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, determinó que la iglesia debe ayudar en los problemas más íntimos de un país, como la educación, pero con el respeto al laicismo y sin interferir en la educación pública.
Además, informó que no habrá marcha atrás con el cambio de adscripción del sacerdote Marco Antonio Márquez Robledo, quien deberá presentarse en Tlaltenango la próxima semana; aunque descartó que se deba al movimiento Alegría, Respeto, Cariño y Amor denominado como ARCA.
El grupo se formó para buscar una solución a la violencia que se vive en El Mineral; el obispo señaló que este esfuerzo es bienvenido, pero es tarea de los fieles.
“El cambio de sacerdote obedece a movimientos internos que obedecen a la diócesis, desde tiempos del señor Lozano Barragan. Son movimientos normales”, insistió.