Zacatecas.- En la capital del estado los barrios forman parte de la historia de Zacatecas, porque es ahí donde nacen las costumbres y tradiciones de la población, entre ellas la de las familias que se sientan a la puerta de sus hogares durante la tarde para platicar sobre los pormenores del día.
Asimismo, aún es posible ver a niños correr tras un balón para meter un gol en improvisadas porterías marcadas con dos piedras sobre los adoquines de la calle.
El origen de los barrios
El especialista universitario comentó que la traza urbana de Zacatecas es peculiar porque los primeros habitantes se establecieron mientras se lograba una explotación de mineral, y aunque la monarquía española proponía un modelo en cuadrícula para sus ciudades, ya que pretendían que en la plaza principal se juntaran los poderes eclesiástico y civil, en la capital no se logró.
“La ciudad se fue estructurando alrededor del recurso natural que fue el arroyo de la plata, que se convirtió en la columna vertebral y a raíz de éste se formaron los primeros barrios que datan del siglo 16”.
Destacó que los españoles que llegaron a explotar las minas se instalaron alrededor del centro, mientras que los indígenas se colocaban en la periferia de la capital, por lo que se formaron barrios como Chepinque y Tlacuitlapan, que se generaron a partir de la llegada de los españoles y que no estaban ligados con tradiciones eclesiásticas.
El docente agregó que ésa fue la primera traza urbana en la ciudad, que comienza desde Chepinque, atraviesa el barrio de Tacuba y sale hasta el barrio de La Pinta, “donde a partir de ahí se estructuró el crecimiento de la capital hacia el centro”.
Expuso que otro aspecto fundamental para que la ciudad se expandiera fueron las iglesias o las parroquias, que articularon ciertos grupos poblacionales, como los de los barrios: “En su inicio tienen mucha relación con la cuestión eclesiástica como San Juan de Dios o San José de la Montaña, donde los habitantes se instalaron alrededor de las parroquias”.
Recordó que durante el siglo 19 los barrios ya no tenían nombres eclesiásticos, sino que eran ubicados como cuarteles y números, como el 1, que engloba el centro, el 2, de la Filarmónica, Los Bolos, entre otros.
Jacobo Bernal refirió que es importante entender estos lugares como seres vivos que van en transición, como el del Rebote, donde el juego se popularizó de tal manera que es su elemento de identidad, y su población crece y la va adoptando.
Explicó que las familias tienen mucho apego de identidad con el barrio y “no quieren dejar el terruño”, por lo que designan un hijo para que continúe viviendo en el lugar.
Al rescate de los barrios
Jacobo Bernal indicó que es necesario no sólo un rescate físico-patrimonial de los barrios de la ciudad, sino uno histórico-cultural, pues se debe hablar más de su identidad y tradiciones, ya que las políticas públicas se han enfocado en que todas las cuestiones culturales y artísticas se desarrollen en el Centro Histórico específicamente, “donde ya casi nadie vive y a donde asisten casi siempre las mismas personas”.
Resaltó que es indispensable conocer y acercarse a las costumbres de los barrios y a las personas que en ellos habitan para que no se pierdan las tradiciones de los mimos.
Amalgama de estilos
El arquitecto Eustaquio Ceballos Dorado comentó que en los barrios zacatecanos destacan aproximadamente seis estilos diferentes, entre ellos el barroco, vernáculo, nuevo gótico y neo clásico.
Explicó que los barrios están referenciados desde hace más de 100 años, donde se formaron los primeros cuadros habitacionales alrededor del centro, principalmente, pero algunos de éstos se han modificado hasta convertirse en colonia.
Mencionó que la característica de estos espacios es que son populares, hechos con las manos de los propios habitantes, pero también se puede encontrar arquitectura moderna entre ellos.
Especificó que algunas de las ocupaciones que se pueden encontrar en los barrios son de género habitacional, comercial, entre otro tipo de servicios.
Destacó que el papel que juega la arquitectura en la identidad de estos lugares tiene diferentes aspectos al ligar las edificaciones con su entorno inmediato y la interacción entre las personas, donde se propicia la convivencia entre unos y otros.
Refirió que es posible rescatar la esencia primordial de los barrios, pues físicamente existen los lugares y el nombre que los caracteriza, por lo que crear un plan e idea para salvarlos depende también de los recursos necesarios para hacerlo y de un grupo interdisciplinario que esté dispuesto a llevar a cabo la tarea.