Zacatecas.- Al ritmo del mariachi, San Juan Bautista o San Juanito, como cariñosamente le llaman los fieles, escuchó las mañanitas en el templo ubicado en Bracho, dando paso a una de las fiestas más importantes de los católicos zacatecanos: Las Morismas de Bracho.
A las 16 horas de este jueves, cientos de fieles se unieron a las familias Espinoza Guerra y Rosales Frausto, quienes con esmero y dedicación realizaron el lavatorio de la imagen del Divino Precursor San Juan Bautista.
Con aromas y esencias que de pronto envolvieron el templo, los fieles reflejaban en sus rostros el entusiasmo como si presenciaran un milagro viviente, cada uno de los presentes disfrutaban las piezas que interpretaba el mariachi, algunos caballeros tarareaban al ritmo de la música, mientras algunas mujeres por pequeños lapsos derramaban una gota de felicidad por sus mejillas.
Cada parte del cuerpo de San Juanito fue sacudida, perfumada y enjugada con algodón, que posteriormente fue utilizado para ponerlo a disposición de quien quisiera llevarse un pedazo de espiritualidad representada en una pequeña borra.
Al terminar de aplicarle crema, llegó lo vistieron de preciosas ropas a la figura de San Juan Bautista, una tarea que no es fácil dada la delicadeza de la imagen; de inmediato, le colocaron una cruz en su mano, y enseguida la gente pasó a saludarle.
Uno a uno los fieles formados en hilera, besan la vestimenta, la mano, los brazos, sus pies, o hasta la cruz que sostiene el santo; para concluir, se llevan uno de los algodones que se utilizaron para el lavatorio, mientras el mariachi sigue interpretando valses y canciones del folklore mexicano.