No hay noche sin día, ni libertad sin anarquía
No existe nada más liberador, de la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, como saber que, un tal Marko Cortés, a quien ubican como líder del PAN, (nada más para que vean lo atrasados, ideológicamente, que están en la derecha) llama a los padres a quemar (o arrancar hojas) de los libros de texto gratuitos, toda vez que su agrupación (ligada a la inquisición católica) rechaza los contenidos de dichos libros. La reaccionaria Unión Nacional de Padres de Familia se amparó para evitar la entrega de dichos libros por considerarlos intentos de “imponer ideologías políticas”. “Son libros comunistas”, dijo el espécimen terrestre llamado Javier Alatorre (así de imbécil el tipo).
Un gran debate, que recuerda a Bizancio, se ha desatado en el rancho, cuando los opinólogos han llenado las redes sociales con reflexiones verdaderamente terroríficas sobre los libros de texto que distribuirá el gobierno en el próximo ciclo escolar. “Están llenos de errores, mentiras y del culto a la personalidad porque no hablan de otra cosa más que de AMLO”, “Son libros satánicos. Miren que afirmar que no somos hijos de dios. ¡Ateos!”. “Nunca hacen referencia a las gelatinas, como elemento de cambio social”, dijo la Señora X. En fin, que los expertos de la derecha ya dieron su veredicto sobre los libros de texto.
Lo que no me ha quedado claro es si los libros de texto, que distribuyeron los gobiernos de Fox y Calderón, evitaron caer en la “idelologización” y se mantuvieron con esa neutralidad que solo existe en los textos sagrados de las religiones. Y decir que los libros de texto son comunistas es una provocación y una estupidez de quien en su torpe vida jamás ha leído ni a Rius (saludos hasta donde ande Maese). ¿De verdad el tarado de Alatorre y demás fauna tienen los elementos mínimos para afirmar que el espíritu de Karl Marx vino a dictar los contenidos de los mentados libros? En calidad de mientras, porque yo no conozco (ni sus críticos tampoco, pero así son de mamilas) el contenido de dichos libros, estoy enseñando a mis sobrinos la letra de “La Internacional” por si se va a cantar en lugar del guerrerista Himno Nacional.
Desde el más allá, Ricardo Flores Magón declara que la esencia de su pensamiento está en las cristalinas aguas del materialismo histórico. “Nuestro movimiento está inspirado en la obra de grandes hombres: Joseph Proudhon, Ferdinand Lasalle, Henri de Saint-Simon, Charles Fourier, Carlos Marx y Federico Engels. Nos han querido encasquetar el mote de anarquistas, pero no, están equivocados: somos Comunistas a mucha honra”. Y así, de manera clara y contundente lo proclamó el camarada José Revueltas (Ensayo de un Proletariado sin cabeza; Edit. Era). “¿La derecha del país, con estas declaraciones, dejará que mi nombre y el de mis hermanos esté en los libros de texto? ¿Dejarán que se diga que fuimos precursores de la Revolución Mexicana? ¿Los descendientes de quienes se hicieron ricos al amparo de la revolución democrático-burguesa, no gritarán que nos dejen fuera de la historia patria por comunistas? Bola de hipócritas, pero ya les llegará su hora”.
Y sí, estamos esperando que la burguesía bananera nacional y la pequeña burguesía que le hace el caldo gordo agiten las banderas de la reacción para gritar a los cuatro vientos que se borre de la Cámara de Diputados el nombre (en letras de oro) de Ricardo Flores Magón por comunista (como aquél que lo pidió de Villa por roba-vacas y delincuente). Pero nuestros “intelectuales” de pacotilla no han invertido en comprar libros de historia. La derecha mexicana, además de confesional, es ignorante. Si no lo creen sigan los desvaríos de su Frente Amplio y los berrinches del PRD y su 1 por ciento de votación. (“Aliméntate con frutas y gelatinas”).