La falta de oportunidades para deportistas con discapacidad en el estado no ha sido un impedimento para que Adriana Iturriaga destaque en la natación.
Con medallas en competencias nacionales e internacionales, la joven ha triunfado en el deporte acuático con el apoyo de su familia, quien la alentó a incursionar desde sus cuatro años.
Actualmente, la nadadora zacatecana tiene 27 años, en los que ha disfrutado de los triunfos y padecido las adversidades al tener Síndrome de Down, por lo que la han frenado tanto en su preparación académica como deportiva.
“Nos cierran las puertas a nivel educativo y a la edad que tiene Adriana no había lugar a donde llevarlos a estudiar porque tenía que ser una educación especial. Sufrió bullying”, lamentó su madre, Adriana Mauricio Cabral.
Este 21 de marzo se conmemoró el Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down, fecha que la madre de Adriana consideró importante visibilizar a personas en esta condición y brindarles las herramientas para destacar en lo que ellos prefieran, como lo hizo su hija.
“Falta apoyo para las personas con discapacidad, promoción, que las tomen en cuenta. Sí falta por trabajar en la cuestión del deporte […]. Falta ese interés por parte de los gobiernos por preocuparse de las personas con discapacidad”, reiteró.
El respaldo de sus dos hermanas y sus padres ha sido fundamental para que Adriana tuviera oportunidades en el ámbito deportivo, donde a los ocho años comenzó a competir.
“A los 12 ganó su primer medalla, que fue en Mérida, y de ahí en adelante siguió compitiendo a nivel nacional hasta llegar a una competencia internacional”, relató su madre, orgullosa.
Como una de las mejores, Adriana participó en los Juegos Mundiales en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, y triunfó con cuatro medallas.
Además, con su carisma, capacidad y constancia, la joven concluyó sus estudios de preparatoria y ahora se dedica de lleno al deporte.
“Adriana es una niña muy entusiasta, cariñosa, trabajadora, siempre le echa todas las ganas y sobre todo ahora. Vimos su primera medalla y dijimos: de aquí somos”.