Zacatecas.- María José Adame Esparza nació con albinismo, por lo que durante su infancia y adolescencia sufrió ofensas y discriminación, situaciones que sobrellevó y por las que ingresó a la Fundación Piel de Luna Albinos A.C., que apoya a personas con esta condición y concientiza a la sociedad.
En el marco del Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo, que se conmemora este 13 de junio, María José expuso que no hay registros oficiales de albinos en el estado.
“Se dice que somos unos de los estados con mayor cantidad de personas con albinismo, pero no se tiene la estadística oficial y exacta de cuántas personas hay”, aseguró.
A pesar de esto, la Fundación Piel de Luna Albinos A.C., con sede en el Estado de México, comenzó un censo en Zacatecas, en el que se contabilizaron 20 casos, “pero es seguro que hay muchas más personas en todo el estado”.
De esta manera, adelantó que se trabaja en un censo en coordinación con la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ) para localizar a más personas con albinismo.
Explicó que hay personas de bajos recursos que desconocen que tienen albinismo, así como los cuidados que deben tener con su piel para evitar lesiones.
En cuanto a la labor de la fundación, detalló que ésta brinda atención psicológica, pues la mayoría de personas con esta condición crecen en un ambiente de burlas y discriminación.
“Para mí, ser albina fue muy difícil, se trata de aceptación, no autodiscriminarse, algo que aprendí conforme fui creciendo, haciendo consultas y [al] encontrar en la fundación información […] ahora digo que es muy bonito ser albino”, expresó.
María José todavía se enfrenta a la discriminación, ofensas y miradas indiscretas de quienes la juzgan sin conocer su padecimiento ni a ella, pero actualmente ya sabe cómo manejar esas situación para que no la afecten.
La joven, originaria de Río Grande, está por terminar su carrera en Psicología Social y afirmó que quiere dedicarse al ámbito de derechos humanos para concientizar la sociedad sobre las diferencias de las personas, pues todas merecen respeto.
ASÍ LO DIJO: “Para mí, ser albina fue muy difícil, se trata de aceptación, no autodiscriminarse, algo que aprendí conforme fui creciendo, haciendo consultas y [al] encontrar en la fundación información […] ahora digo que es muy bonito ser albino”.
María José Adame Esparza.