En uno de los pasillos de la zona industrial, se alza una bodega cuya fachada está cubierta de pintura blanca y sobre la puerta se lee: Archivo del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas.
Tras una puerta, una recepción oscura recibe a los visitantes, a unos metros se aprecian varias mesas sobre las cuales descansan varios legajos de los expedientes que habrán de ser archivados en uno de los tantos estantes ya repletos de documentos que lentamente se cubren de polvo.
Aun cuando el lugar está seco y garantiza que los expedientes no sufrirán graves daños por no contar con un lugar diseñado ex profeso para ello, el polvo que se filtra por el techo del edificio hace recordar el riesgo en el que está la historia documental del Poder Judicial del estado.
Tras las mesas de recepción de los expedientes, filas enteras de archiveros de dos pisos están en la penumbra, en la espera de que alguien requiera algún dato de juicios que se llevaron años atrás.
Los legajos están señalados con cartulinas en las que se indican el año y el tipo de juicio que está oculto en un atado con mecate delgado.
Entrar a cada uno de estos pasillos genera la sensación de estar en un filme donde es necesario dar con los documentos exactos para resolver un caso y sobre las cabezas se escuchan los pasos de aquellas personas que están en el segundo piso en la ardua tarea de archivar.
Un cambio necesario
En el cierre de su período al frente del TSJEZ, el magistrado presidente Armando Ávalos Arellano consideró que uno de los pendientes de mayor importancia es construir el archivo judicial, “que tiene más de un millón de expedientes y los tenemos en una bodega”.
Martín Wenceslao Domínguez Pinedo, director del archivo del tribunal, reconoció que están saturados y que día a día el espacio se reduce significativamente.
Advirtió, además, que aun cuando la Ley de Archivos para el Estado de Zacatecas los obliga a generar un espacio dedicado exclusivamente para la conservación de estos documentos, la falta de presupuesto impide lograr este objetivo.
Debido a esto se busca generar las mejores condiciones posibles en la bodega de 2 mil metros cuadrados en los que se albergan un millón 11 ml 775 expedientes (hasta el viernes 24 de enero) y que anualmente recibe un promedio de 28 mil expedientes adicionales que deben ser catalogados y archivados.
Como resultado de toda la documentación, actualmente el edificio se encuentra a 90 por ciento de su capacidad, que podría verse cubierta al 100 por ciento en sólo un par de años.
El objetivo a corto plazo es liberar una parte de la bodega destinada al almacenaje de mobiliario y equipo que ha dejado de ser útil en las oficinas del tribunal.
Sin embargo, por el momento, con las medidas tomadas por Domínguez Pinedo, quien tiene más de 28 años de trabajar en el archivo, ha sido posible contar con expedientes que datan desde 1940 y unos cuantos del siglo XIX (19).
Para lograr un espacio garante de los expedientes se requiere una inversión de alrededor de 120 millones de pesos, “ya hicimos la propuesta, pero aun no está nada definido”.
En tanto, esperan el recurso económico necesario para la construcción de un nuevo edificio o realizar las adecuaciones necesarias para salvaguardar los expedientes y se ha determinado iniciar con la digitalización de los expedientes.
Domínguez Pinedo informó que se adquirió un escáner especializado, mediante el que se iniciará este proceso; asimismo, en cuanto a las medidas de seguridad, se adquirirán extintores a base de gas para que en caso de un incendio no se afecten los archivos, como ocurre con aquellos que son a base de polvos químicos.
Se suma también la instalación de detectores de humo para actuar de inmediato en caso de un incendio y se pretende alcanzar la profesionalización del personal para tener gente capacitada en el manejo de archivo, “porque queremos que se deje de ver a quienes trabajan aquí como los castigados, como el último escalón del Poder Judicial”.