Luis Ernesto Olvera Rosas
Luis Ernesto Olvera Rosas

Escuchar razones. Minerales la Postrevolución

Constitución de 1917. Sufre grandes cambios con enfoque social. Respecto a la minería, establece en los párrafos quinto y sexto del artículo 27 constitucional, el dominio de la Nación sobre los recursos minerales. Dicho dominio es inalienable e imprescriptible y solo mediante el régimen de concesión, los particulares pueden explotar dicho recurso.

Estipulaba que solo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho a obtener concesiones de explotación de minas. Situación que cambió las condiciones que se habían forjado en el Porfiriato. (El estado y la Minería mexicana, política y trabajo y sociedad durante el siglo XX, FCE, Juan Luis Sariego, Luis Reygadas, Miguel A. Gómez, Javier Farrera, 1988)

Los empresarios mineros (90 por ciento de las grandes compañías con intereses extranjeros) en el Congreso Nacional de Industriales, celebrado a finales de 1917, tildaron de socialista la nueva Constitución y rechazaron tajantemente un proyecto de Ley Minera que intentaba conciliar la legislación en la materia con la nueva Carta Magna.

Esta oposición obligó que la aplicación de los preceptos constitucionales no se concretase y la minería, como hoy, siguiera su propia dinámica regida por el mercado mundial de las relaciones sociales.

En 1926 se aprobó la Ley de Industrias Mineras, pese a sus disposiciones legales mostró estrecha dependencia con el exterior, limitando los alcances de las políticas de gobierno de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, lo que obligó a hacer constantes revisiones de las disposiciones fiscales para la minería.

La producción mexicana resintió en los precios de los metales la gran depresión del mercado estadounidense posterior a la primera Guerra Mundial, que para finales de la década de los años 20 aprovecharon las compañías extranjeras como ASARCO (American Smelting and Refining Co.) y Peñoles (con mayoría accionaria propiedad de American Metal Company), ante la incertidumbre respecto a la aplicación de las disposiciones constitucionales, por las controversias entre los asuntos de las mineras y el sector agrario.

El aumento de la inversión extranjera en la minería fue moderado durante esta década. Las grandes compañías siguieron operando, situación contraria a los pequeños mineros que resintieron el agotamiento de yacimientos de alta ley, los cuales podían explotar.

Además, hubo una desaparición paulatina de las pequeñas fundiciones, quedando a expensas de las grandes compañías metalúrgicas, que ya empezaban a utilizar el avance tecnológico en las plantas de beneficio de la flotación selectiva, disminuyendo la cianuración.

Cifras después de la revolución, nos indican la importancia y el crecimiento de la economía nacional, los gobiernos se esmeraron en demostrar para qué sirvió la lucha armada.

Los ingresos en 1914 por oro eran de 1 millón 722 mil pesos, el petróleo empezaba a ser importante con 1 millón 234 mil pesos. Para 1917 la producción aurífera alcanzó el valor de 10 millones 534 mil pesos, el petróleo de 7 millones 553 mil pesos (peso a valor de la década posrevolucionaria).

Así de importante la minería para el desarrollo mexicano, el problema es que no se disminuía la dependencia al capital extranjero y sus estrategias para impedir se redujeran sus ganancias. El petróleo inicia el ascenso en la economía nacional. En ambos productos, se presenta el círculo perverso en nuestra historia.

La crisis mundial de 1929-1932 afectó profundamente la minería mexicana y tuvo serias repercusiones sobre el conjunto de la economía nacional.

Mejor sin confrontaciones. Mientras la oposición sigue sin brújula, al no dar propuestas para la mayoría de los mexicanos, hay relevantes resultados en la Ciudad de México que gobierna Claudia Sheinbaum. Una política internacional sólida y firme en el respeto de la soberanía nacional con Marcelo Ebrard y atendiendo las causas sociales con Adán Augusto y en el Senado con Ricardo Monreal resistiendo los embates de una oposición que cobra, pero no legisla.

La sociedad trata con diferencia a quienes va conociendo, como sucedió con Claudia Sheinbaum al visitar su cubículo en la UNAM por el Día del Maestro, recibida con estimación.

Mientras Lorenzo Córdova sigue recibiendo muestras de repudio aun en su propio centro de trabajo académico, la facultad de Derecho, que es raro, ya que algunos de sus profesionales han mostrado ser más proclives a defender intereses económicos, entre ellos los suyos, además de las sospechosas liberaciones de peligrosos delincuentes.


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