Rafael Ortega cortó un apéndice con el toro de regalo, de Pepe Garfias, con el que tuvo que también echar la carne al asador, pues pese a que no se tenía tela para cortar, el tlaxcalteca dio ese extra que se necesita para no irse a casa con las manos vacías, y aunque hubo fuerte petición del segundo trofeo, el juez de plaza, Carlos Ibargüengoitia no lo concedió.
Por su parte, Arturo Macías, se jugó el todo por el todo con tres ejemplares complicados, siendo el último donde dejó el aliento final; desafortunadamente falló con el acero.
Tarde de fiesta
Con un lleno hasta el reloj, la Monumental de Zacatecas reabrió sus puertas para celebrar una corrida extraordinaria en la que la afición demostró que en la fecha que sea, con un buen cartel, asistirá al coso de cantera rosa para apoyar la fiesta brava, y como ejemplo de esto cabe mencionar que antes del paseíllo un entusiasta grupo de niños y jóvenes que conforman Juventud Taurina de Zacatecas dieron una sentida y ovacionada vuelta al ruedo, demostrando con ello que las nuevas generaciones quieren y gustan de las corridas de toros.
Después del paseíllo, la empresa Zacatecas, Tierra de Toros, comandada por Juan Enríquez Rivera, y Manuel Fernando Sescosse, junto a Hermoso de Mendoza, Rafael Ortega, y Arturo Macías, anunciaron el donativo de mil 500 despensas, equivalentes a 65 mil pesos, al DIF Estatal, para así brindar apoyo a las personas que han padecido la sequia.
Además, el gobernador del estado, Miguel Alonso Reyes, que recibió el cheque simbólico del estímulo, también recibió de manos de los integrantes de la Peña Brava de Sol, el reconocimiento que el pasado mes de febrero Contoromex le hiciera al mandatario estatal en la Ciudad de México, y que por cuestiones de agenda no pudo recibir.
La clase a caballo
Hermoso de Mendoza abrió la tarde con “Chaparrón”, un toro dócil, y alegre de salida, con el que pudo recrearse en los rejones de castigo, y en banderillas, siendo lo mejor cuanto montó a Ícaro, ejemplar que de frente a la cara del toro marca las condiciones de la lidia, torero y artista al igual que su jinete. Errático con el rejón de muerte escuchó las palmas del respetable.
Con el segundo de su lote, “Mendo”, la tarde fue a más, pues la cuadra de caballos y Hermoso de Mendoza se conjugaron para ofrecer un espectáculo de calidad, arte, y sobre todo arrojo y valor, ya que ante un toro que de poca movilidad, el navarro supo celarlo y llevarlo a la grupa, cosido, cerca, exponiendo, pero siempre templando. El rejón de muerte en buena colocación, rodando el toro sin puntilla y a los pies del caballista que disfrutaba del júbilo de los aficionados que solicitaron con fuerza los dos trofeos que fueron concedidos.
Disposición y valor
Rafael Ortega se estrelló con dos ejemplares de Marrón de diferentes características, el primero con calidad y de mayor transmisión, el segundo completamente aplomado, haciendo difícil la lidia.
Con “Corderito”, de 450 kilogramos, el tlaxcalteca lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas para después gustarse por verónicas seguidas de chicuelinas. Con alegría cubrió el segundo tercio para después brindar la faena al gobernador del estado Miguel Alonso. El toro que embistió con alegría se fue apagando, esto frente a la determinación de Ortega que buscó lo poco que le quedaba al de Marrón; dejó tres cuartos de acero, recibiendo sólo palmas.
Con el quinto de la tarde, “Afilado”, tuvo un buen saludo capotero, y prácticamente hizo todo en las banderillas ante un toro parado con el que tampoco tuvo tela para cortar con la sarga roja, tras la muerte del ejemplar fue silenciado.
Regaló a “Tunero”, de Pepe Garfias, con el que alegremente cubrió el segundo tercio que cerró con un par al violín con las banderillas cortas. De hinojos comenzó su trasteo, logrando ligar series de calidad por pitón derecho, ante un toro que no fue un dechado de virtudes, pero que colaboró un poco más. Ortega en ese afán de sacarse la espinita se esforzó al máximo tratando de ligar series con un toro de poco recorrido. Dejó la estocada certera para llevarse una oreja, ante la fuerte petición de otra que fue negada.
Gallo de pelea
Arturo Macías es un torero que se sobrepone a cualquier descalabro, sabe esperar el momento oportuno para dar el paso firme, sin errores y miramientos, y es que llegaba al coso de cantera con un triunfo a cuestas redondo, cuatro orejas y un rabo el pasado viernes en Durango auguraban una tarde igual de exitosa.
Macías llegó así, puesto y dispuesto, pero teniendo frente a sí un lote de poca movilidad, sosos, de esos que son sólo para cumplir, pero para un torero que tiene hambre de reponerse y retomar la senda triunfal no existen obstáculos.
El de Aguascalientes sacó la casta con sus dos primeros, pero con el de regalo afinó las polainas y lo intentó todo, fue “Peregrino”, de Puerta Grande, con el que sobrado de arrojo lo recibió con el percal. Tras brindar la lidia y muerte a Pablo Hermoso de Mendoza, Macías escuchó la Pelea de Gallos sonar con fuerza, y sí, así, como lo escribió Juan Garrido, “cuando sueltan a los gallos temblorosos de coraje no hay uno que se raje para darse un agarrón”, y Macías no se rajó, estuvo puesto y dispuesto, y aunque falló con el acero se fue con la calurosa ovación de un público que sabe que esa espinita que se clavó tendrá que sacarse en una mejor tarde, donde la suerte esté de su lado.
Incidencias: El forcado Fernando Jurado, de los Forcados de Mazatlán, realizó una estupenda pega al primer toro de Pablo Hermoso de Mendoza, saludando en el tercio. Dos picadores fueron multados por sobrepasar la división del tercio. El gobernador Miguel Alonso cambió su barrera de sombra a sol, molestando a los actuantes en el ruedo debido a que los toros se distraen con el movimiento en los tendidos durante la lidia, considerándose esto una falta de cultura taurina, y respeto para quienes se están jugando la vida.