Tlaltenango De Sánchez Román. La venta de ladrillo y adobón disminuyó más de 50 por ciento, pese a que los precios se han mantenido por varios años, informó Salvador del Real, quien se dedica a la elaboración de estos productos desde hace más de una década.
Las ventas de este material eran de 8 ó 9 mil piezas por semana, lo cual se redujo de 3 a 4 mil “cuando mucho”. Además, la escasez de agua representa un problema mayúsculo, pues deben conseguirla en la comunidad Los Lamas, pese a que se encuentran a un costado del arroyo El Xaloco, el cual está seco.
Los principales clientes de Del Real se encuentran en Tepechitlán, Momax y Bolaños, en Jalisco, así como en las comunidades ubicadas en la Sierra de Morones y la cabecera municipal.
“Las ventas están muy malas y los gastos también han aumentado y pues batallamos para obtener ganancias”; ello afecta a las siete familias dedicadas a esta actividad en la zona.
Por último, invitó a las personas que requieran de este material a que acudan a las ladrilleras del Barrio del Obispo, a un costado de la Asociación Ganadera Local, donde ofrecen buen precio y calidad.