México.- Greenpeace México e investigadores universitarios exigieron la prohibición de siembras de maíz genéticamente modificado, ya que las variedades del grano nativo obtenidas en territorio nacional se elevaron considerablemente durante los últimos cinco años.
En conferencia de prensa, el investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Antonio Serratos, y representantes de Greenpeace presentaron el documento actualizado “El origen y la diversidad del maíz”.
Precisaron que este documento da a conocer hallazgos de una mayor diversidad del grano en el país, cuyas muestras de maíz nativo se elevaron de nueve mil a 22 mil 931 en cinco años, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) Proyecto Global de Maíces Nativos.
A pesar de tal diversidad, que debe ser protegida para garantizar su existencia, el Gobierno federal permite la escalada de las siembras de maíz transgénico, por lo que exigieron nuevamente la prohibición de las siembras del grano genéticamente modificado, agregaron.
Señalaron que México es poseedor de más variedades de maíz de las reconocidas oficialmente, y a mayor diversidad la amenaza de los transgénicos también aumenta.
En su oportunidad, Serratos sostuvo que “conocer la historia de la investigación científica y humanística alrededor del maíz es un paso esencial para tomar conciencia de su importancia y significado para la humanidad a través del tiempo”.
Asimismo denunció que en sentido contrario a la demanda de protección y sobre todo contra los principios de bioseguridad, el Gobierno ha permitido las primeras siembras de maíz transgénico en territorio mexicano, pese a que el país es centro de origen de este grano básico.
Señaló que al introducirse los transgenes patentados en las plantas de maíz, se genera semilla nativa que se convierte en transgénica, por lo que entra en el ámbito de la propiedad intelectual y se sujeta a las reglas de las leyes de propiedad industrial.
Ante un escenario de esa magnitud se proyecta que si los transgenes contaminan los maíces nativos de los centros de origen en México y Guatemala, todo el patrimonio genético del grano del continente americano correrá el riesgo de ser privatizado, puntualizó.