Zacatecas.- A poco tiempo de cumplir 101 años de edad, falleció la maestra María Soledad Fernández Bañuelos, cuyo recuerdo evoca un ejemplo de entrega y vocación a la enseñanza por parte de alumnos y personas que le conocieron.
El deceso ocurrió en su domicilio la madrugada de este domingo, luego de estar algunos días interna en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la capital.
La maestra María Soledad Fernández Bañuelos nació en Morelos, Zacatecas, el 19 de octubre de 1911; hija de don Antonio Fernández Cid y María Enriqueta Bañuelos Luján. Fue la hija mayor de una familia de diez hijos.
De los hermanos de la maestra Fernández, tres de ellos fueron maestros: Beatriz, Gonzalo y Hermelinda, quienes durante muchos años y en diversos planteles dieron muestra de su enorme capacidad y responsabilidad.
Sus otros hermanos fueron Benjamín, quien falleció el 21 de junio; Salvador, María de Jesús y Gustavo; sobreviven Rodolfo y Manuel.
Realizó sus estudios de primaria y secundaria en la capital del estado, y los magisteriales en la Escuela Normal para Maestros. En 1932 inició su actividad como maestra en su natal Morelos y, 12 años después, asumió la dirección de la escuela primaria anexa a la normal para maestros.
En diciembre 4 de 1979, con decidido apoyo de los padres de familia y de Abraham Torres, se fundó la escuela primaria que lleva su nombre, Profesora María Soledad Fernández Bañuelos, en la colonia Lomas de la Soledad, donde fungió como directora hasta 2001.
Hablar de la trayectoria profesional de la Señorita Chole, como se le conoce, nos llevaría mucho tiempo y espacio, pues resulta de suma trascendencia la vocación de la maestra que, por más de 70 años, desempeñó la función de educar, y que requirió de dotes especiales de alma y corazón y una continua prontitud para renovarse y adaptarse; además, gozaba de una voluntad infatigable.
Su trabajo magisterial lo inició en 1932 en la escuela José Rosas Moreno, en Morelos, Zacatecas; posteriormente prestó sus servicios en las escuelas Miguel Hidalgo e Ignacio Zaragoza de la capital.
En 1949 asumió la dirección de la primaria anexa a la Normal, que ocupó primero el edificio de la avenida Juárez, frente al templo del Sagrado Corazón y, a partir de 1950, en el nuevo edificio de la Escuela Normal Manuel Ávila Camacho. Ahí permaneció la primaria hasta 1974 para trasladarse al ahora plantel Francisco Berumen Varela, edificio construido en la colonia Lázaro Cárdenas.
Después, siguió al frente de la dirección de la primaria en las aulas provisionales de lo que fueran las instalaciones de la feria.
A partir del 4 de diciembre de 1979, ocupó el nuevo inmueble que lleva su nombre, en Lomas de la Soledad.
La maestra Soledad Fernández cumplió una labor docente a lo largo de siete décadas ininterrumpidas.
Durante muchos años impartió diversas materias en la Normal de Zacatecas, con lo que coadyuvó a la formación de quienes serían los nuevos profesionistas; entre las materias que impartió estuvieron técnica de la enseñanza, didáctica y observación escolar.
A lo largo de su trayectoria profesional recibió múltiples reconocimientos y galardones, tales como las medallas conmemorativas Rafael Ramírez por 30 y 40 años de servicio, y la Manuel Ignacio Altamirano, por 50 años. Las entregas se hicieron en ceremonias del día del maestro y la medalla Ignacio Altamirano se le entregó en Bellas Artes por el secretario de educación.
El 26 de octubre de 2001, durante la celebración del día del servidor público, el gobierno del estado de zacatecas (issstezac) le hizo entrega de un reconocimiento por su brillante tarea magisterial.
Cabe señalar, además, que el propio issstezac emitió el acuerdo correspondiente para el otorgamiento de la pensión para la maestra Soledad Fernández.
Los restos de la maestra Soledad Fernández, son velados desde ayer domingo en la sala Santa Marta de Funerarias Hernández.