México.- Este sábado, si los dioses mayas lo permiten, la Noche de las Estrellas será una nueva oportunidad de recordar quiénes somos, de dónde venimos; civilización que gusta de los cielos, donde nuestros antepasados encontraron la manera de leer, cuándo iniciar las cosechas, contar los años, vaticinar eclipses o practicar sacrificios en su honor.
En el Zócalo y en el planetario Luis Enrique Erro estarán los puntos principales de observación en la capital, donde otro grupo magnífico, el mexica, sentó sus reales. Pero habrá otras 41 sedes en el país y, por primera vez, se unirán Guatemala, Colombia y Puerto Rico.
A fuerza de evocarlos con el lema “Universo Maya. El futuro escrito en el pasado”, algunas de las 200 mil personas que se prevé participen en el evento pudieran mirar como en un devaneo los pasos de una sombra que al pasar se nombra:
“K’inich Ahaw” (dios sol “rey del rostro solar); “Chaak” (dios lluvia); “Yum Kaax” (dios del monte, selva); “K’uk’ulkaan” (dios de la serpiente con plumas); “Xbalanque” (uno de los héroes gemelos de la epica del Popolvuh, su nombre clásico probablemente fue Yax Bahlam).
“Hun Hunajpuh” (otro de los héroes gemelos hijos del dios del maíz, su nombre clásico era seguramente Hun Ajaw) o “Hunah K’uh” (el nombre de la idea abstracta de dios como energía divina inmanente a toda la creación).
Son los dioses mayas que anuncian que están aquí, que nunca se han ido, que mirarán los cielos junto con cada observador y si su ánimo es propicio les ayudarán a leer de nuevo el cielo para, esta vez, buscar respuestas que el humano ha sido incapaz de encontrar en la Tierra.
Quizá con sus propias manos eleven la cabeza de cualquier transeúnte de cualquier ciudad para que fije su mirada a lo alto.
Qué importa si no busca la Luna; Júpiter; la estrella Albireo de la constelación del Cisne; La estrella Vega de la constelación de la Lira; Las Pléyades; la Galaxia de Andrómeda; el Cúmulo doble de Perseo y la Nebulosa de Orión, que si el clima lo permite podrán observarse.
Pueden sólo contentarse con que cada día más y más personas vuelvan su mirada al cielo, aunque sólo para apreciar su belleza y, quién sabe, tal vez descubran –como seguramente lo hacen desde siempre los grupos indígenas- cómo volver a reencontrarse dentro del Universo.
Mientras eso pasa y se reabren los calpullis, el Zócalo se pone de fiesta a partir de las 13:00 horas y hasta ya bien entrada la noche con un programa que incluye música, conferencias, danza, talleres y carpas temáticas para todo el público.
Expertos de la Facultad de Ciencias, de la Escuela Superior de Física y Matemáticas y de los Institutos de Astronomía o de Investigaciones en Materiales y de Ciencias Nucleares de la UNAM hablarán del Universo viviente, la Vía Láctea; Química y polvo estelar.
Otros temas que abordarán son el Sistema Solar; Somos polvo de estrellas; Vida extraterrestre; Los ciclos del calendario maya, o la teoría de la gran explosión y la evolución del Universo. Por qué no, el fin del conteo largo del calendario maya nos habla de que es momento de volver a mirar hacia arriba.