Monterrey.- Ante la falta del sustento económico y la lucha por salir adelante en sus países, migrantes centroamericanos llegan a esta ciudad a fin de encontrar oportunidades laborales, o bien, para partir a Estados Unidos en búsqueda de una mejor vida.
Miles de historias de superación, dolor y esfuerzo se entretejen en la vida de estos centroamericanos quienes buscando un sustento económico fuera de su país de origen encuentran un panorama difícil por las ciudades en las que van pasando hasta llegar a su destino final, Estados Unidos.
Nuevo León, especialmente su área metropolitana, ha cobrado con el paso del tiempo cada vez más importancia en el flujo migratorio irregular de personas, quienes intentan llegar a la frontera del vecino país del norte.
Manuel Caballero, originario de la capital de Honduras, se asentó hace unas semanas en Monterrey tras ser inducido por sus amigos para ir a Estados Unidos en busca del sueño americano.
Destacó que la presencia del narcotráfico, las pandillas conocidas como los “maras”, constantes asesinatos y poco trabajo en su país fueron los detonantes para que éste tomara el riesgo de vivir esta experiencia, a pesar de sus 19 años de edad.
“Yo salí con cuatro lempiras de Honduras, que son como dos pesos mexicanos” detalló Manuel Caballero en entrevista, quien además agregó que al llegar a Guatemala pidió unas monedas para ajustar su camión y así poder continuar su viaje hasta Estados Unidos.
Para el joven hondureño su llegada a México fue un golpe de suerte y de fe, sin embargo,también le han dado la espalda varias ocasiones, como cuando por su paso por Celaya, Guanajuato, dos jóvenes lo interceptaron y le arrebataron con violencia sus pertenencias, despojándolo de su ropa y el poco dinero que tenía.
Señaló que durante el robo fue agredido físicamente por uno de los asaltantes, situación que lo llevó hasta el hospital de aquella región, donde, por su situación de migrante, no tuvo la atención que esperaba.
Destacó que a su llegada a Monterrey se encontró un panorama tranquilo, por lo que en esta ciudad se ha dedicado a pedir monedas o “charolear” en las avenidas de esta ciudad, lo que le ha permitido rentar un departamento y mirar en un futuro inmediato un trabajo estable.
La historia de Manuel como la de cientos de centroamericanos se repite de manera constante en la entidad, razón por la cual se estableció hace cuatro años una casa del migrante en el municipio de Guadalupe, la cual proporciona techo, un lugar para descansar, alimento y ayuda jurídica y psicosocial para este grupo poblacional.
La “Casa Nicolás”, Centro de Apostolado San Nicolás Tolentino, se ha convertido en el albergue de cientos de migrantes centroamericanos y mexicanos que llegan a esta ciudad en busca de ayuda en su camino hacia Estados Unidos.
Uno de los representantes de este centro, Lorenzo Ibarra Sánchez, explicó que la falta de oportunidades y mejores sueldos son los principales detonadores para que estos lleguen a esta ciudad para descasar para seguir en busca del “sueño americano”.
Actualmente esta casa se encuentra albergando a 16 personas de las cuales 11 son de origen hondureño, un guatemalteco y cuatro mexicanos.
Ibarra Sánchez refirió que alrededor de 70 por ciento de las personas que llegan a este albergue son de Honduras, sin embargo, esta es una cifra estimativa, ya que no cuentan con números exactos.
Señaló que son varias personas las que participan de forma voluntaria en la manutención de este albergue, proporcionando alimentos y vestimenta, así como una cooperación económica o brindando sus servicios ciertos días de la semana.