Guadalajara. En infraestructura, el gobierno de Felipe Calderón avanzó en Jalisco en el desarrollo de corredores troncales que atraviesan el estado, pero no fueron concluidos.
El Programa Nacional de Infraestructura del Gobierno Federal establecía como propósito para 2012 concluir el corredor longitudinal México-Nogales, con Ramal Tijuana, pero en su paso por Jalisco faltó el macrolibramiento.
Tras varios intentos fallidos, en abril pasado inició la construcción de esa obra, que a mediados de 2014 será autopista de cuota de cuatro carriles de ancho por 111 kilómetros de longitud, que circundará la periferia de la Zona Metropolitana, al conectar desde la autopista a Lagos de Moreno, en Zapotlanejo, hasta la autopista a Tepic, en El Arenal.
La inversión es de 8 mil 200 millones, según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SEC).
Lo mismo ocurrió con el corredor transversal que va de Manzanillo a Tampico con ramal a Lázaro Cárdenas, pues en su paso por Jalisco quedó pendiente un tramo de 20 kilómetros de la autopista Guadalajara-Colima, que esperan sean culminados por la administración de Enrique Peña Nieto, a finales de 2013.
De este corredor se inauguró, tras 11 años y mil 287 millones de pesos invertidos, el tramo de la autopista Lagos de Morenos-Las Amarillas, que beneficia la comunicación entre Guadalajara y San Luis Potosí.
En materia ferroviaria, el único gran proyecto para Jalisco quedó en el tintero.
A principios de la administración de Calderón se planteó en el Plan Nacional de Infraestructura 2007-2012 la necesidad de construir el tramo ferroviario Guadalajara-Aguascalientes, con el cual se podría conectar Manzanillo con la frontera noreste del país.
La SCT estima que el costo del tramo ferroviario faltante es de alrededor de 3 mil millones de pesos.
Para tener corredores masivos de transporte, la única alternativa es el gobierno federal. En esta materia, Calderón apoyó con los 520 millones de pesos que costó la infraestructura de la Línea 1 de Macrobús.
Aunque para inicios de 2009 ya se proyectaba la construcción de una segunda línea del sistema de transporte masivo, en octubre de 2010 este plan fue rechazado por los alcaldes metropolitanos, emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Al no dar su aval, se canceló el apoyo por 952 millones de pesos que aportaría el Fondo Nacional de Infraestructura para el proyecto, y se perdió la posibilidad de ese nuevo corredor de transporte articulado.
Meses después se acordó el impulso para la gestión de recursos económicos para la Línea 3 del Tren Ligero, con dirección a Tlajomulco.
Sin embargo, tras negociaciones de legisladores del PRI, la SCT aprobó destinar 200 millones de pesos en estudios de factibilidad para la construcción de la línea del Tren Ligero que iría de Zapopan a Tlaquepaque.
El gobierno federal de Felipe Calderón sólo anunció la aportación de 420 millones 300 mil pesos, de los mil 203 millones de pesos requeridos para la modernización de la Línea 1.