Desesperada, Angélica Hernández, de 45 años, con domicilio en la calle República de Cuba, de la colonia Mesoamérica, llamó a los guardianes del orden al ver que su hijo en estado de ebriedad tenía una actitud violenta hacia ella.
Con miedo a que la fuera a golpear, reportó la situación al número de emergencias 066 para que mandara una unidad de seguridad y le pusieran un escarmiento.
Como arte de magia los elementos de la policía municipal de Fresnillo se trasladaron a bordo de la radiopatrulla 800 para tomar cartas en el asunto.
Al ver las torretas azules y rojas que brillaban en la obscuridad, Angélica salió de la casa y les hizo señas para que los guardianes del orden ubicaran el domicilio.
De inmediato los uniformados se encontraron con el agresivo muchacho, quien dijo llamarse Gerardo Macías Hernández, de 20 años; el joven estaba en estado etílico y se negó al arresto, circunstancias por las cuales fue sometido y trasladado a la cárcel municipal.