Tlaltenango De Sánchez Román. Héctor Pérez Rico, velador del Panteón El Calvario, de Tlaltenango, explicó que un día de trabajo normal para él es vigilar el camposanto y dar varias vueltas al lugar, y a pesar de que el lugar tiene muchas partes oscuras, no le da miedo.
“Ya me acostumbré al momento en que paso por las tumbas o por ciertas partes de lugar, y a pesar de que está oscuro, no me da miedo… es más, me dan más miedo los vivos que los muertos”, mencionó el velador del panteón del Barrio Alto.
Héctor Pérez da alrededor de cinco vueltas durante la noche para vigilar el panteón y que todo se encuentre bien y en orden, y aunque a veces es enfadoso, el velador dijo que la vigilancia se tiene que hacer porque la parte principal del lugar sólo tiene puertas de fierro, pero no los vidrios, y con ello se evitan robos en las tumbas.
Comentó que no ha presenciado nada fuera de lo normal en cuestión de fantasmas o algo parecido, pero dijo que quiere seguir así, sin verlos.
Anteriormente se llevó una televisión y un radio para pasar el rato, pero las personas que pasaban por el lugar lo molestaban, al saber que ahí había alguien, por lo que decidió permanecer sin esos aparatos para evitar esa situación.