Zacatecas.- Aunque los legisladores no pueden realizar leyes para mejorar las condiciones laborales de los menores trabajadores de la entidad, debido a que la Ley Federal del Trabajo prohíbe que los niños laboren, Geovanna Bañuelos de la Torre, diputada local por el Partido del Trabajo (PT), expuso que el DIF estatal tiene que atender la problemática con implementación de becas.
La Comisión de Niñez, Juventud y Deporte, más que generar iniciativas en materia laboral se basaron en el respecto a la protección de derechos humanos, al generar condiciones de infraestructura con espacios deportivos para que los niños realicen actividades que los alejen de delinquir.
Bañuelos de la Torre, expuso que el DIF estatal tiene que atender esta problemática social al implementar fuertes políticas sociales con la ampliación de becas y dejar de ser únicamente un tema electoral.
“Como lo marca nuestro código, no está permitido que los niños trabajen, aunque sabemos que es una realidad que los menores se incorporen a la vida productiva, por lo cual no se puede legislar”, manifestó.
Consideró que los infantes zacatecanos que ingresan a las filas laborales a temprana edad, son debido a una descomposición del tejido social que es grave e irónica, porque las personas en edad de trabajar no encuentran oportunidades laborales.
“Todo es producto de la pobreza que se vive en el seno de la sociedad, porque además no hay políticas públicas que se encaminen a resolver el tema de la economía familiar, porque la mayoría de los niños que no tienen los recursos para prepararse en las aulas, y por tanto se dedican a trabajar para ayudar a la economía familiar”, enfatizó.
Aunque reprobó el hecho de que la dependencia estatal aún no trabaja con cifras propias, expuso que es una omisión grave.
Sin embargo, consideró que es necesario incorporar a los menores que trabajan en la calle a centros educativos y darle seguimiento en caso de que los beneficie con becas.
La legisladora petista, señaló que el hecho que los menores opten por salir a las calles es una alerta roja, producto de la desesperación que se vive en las familias que en muchos casos no tienen para comer y los niños se sienten corresponsales de poder participar en obligaciones de los padres.