Tlaltenango De Sánchez Román. Andrés Huízar es una de las muchas personas que se ganan la vida con la fabricación de ladrillo y adobón en Tlaltenango.
Don Andrés tiene el contrato de los corrales de la Asociación Ganadera Local de Tlaltenango para recoger todo el estiércol que generen las vacas, material que luego es utilizado en la fabricación de ladrillo y adobón.
Mencionó que el residuo orgánico es muy necesario en la quema de sus materiales, pues cuando se construye el horno de quemado, éste se aplica revuelto con lodo en las fisuras para evitar que el calor se escape.
Andrés Huízar explicó que el estiércol también se puede sustituir por el olote molido, pero debido a que no ha habido cosecha, conseguirlo es muy difícil.
Expuso que este tipo de material no se puede utilizar en el batido para la fabricación de adobón y ladrillo, pues forzosamente debe utilizarse el estiércol de vaca, y debido al tipo de tierra que hay en la región, se debe mezclar con cierta medida, pues, de lo contrario, se pueden reventar.
Huízar dijo que este material anteriormente le era regalado, pero ahora debe comprarlo; una carga de 3 toneladas le cuesta alrededor de 200 pesos.
Comentó que limpiar los corrales implica mucho trabajo, pero el material es almacenado y le sirve para utilizarlo en el tiempo de lluvias, pues en esa temporada escasea mucho.