Zacatecas.- Con apenas 11 años, Francisco González Galván decidió cambiar los libros de texto y los útiles escolares, así como los juegos infantiles, por pintura y grasa para dedicarse a reparar calzado.
Por falta de dinero, desde hace más de 20 años desempeña el oficio de zapatero en un negocio donde inició boleando el calzado.
Para él no fue difícil aprender el oficio, pues comentó que cuando la gente tiene el gusto por lo que hace, nada es complicado, pues con el tiempo ha aprendido más de su trabajo.
Mencionó que para reparar el calzado no hay técnica y para quién le gusta hacerlo, aprender es rápido.
Francisco González, aseguró que desde que era niño le interesó desempeñar este oficio a pesar de que apenas concluyó la primaria debido a las carencias económicas que tenía su familia.
En su establecimiento “El Taconazo” que se ubica en la colonia Tres Cruces frente al panteón de Herrera realiza reparación de calzado al cambiar tapas, suelas, así como poner parches, pintar y coser.
En su familia es el único que se dedica a este oficio, sin embargo comparte esta actividad con su esposa María Esparza Ortiz.
Aseveró que durante todo el año tiene trabajo, aunque la temporada de la Feria Nacional de Zacatecas (Fenaza) y en época navideña aumenta la demanda.
González Galván, apuntó que sus clientes cada que les entrega sus zapatos reparados se van contentos y satisfechos, pues diariamente repara hasta 50 pares, según el tipo de trabajo que se necesite.
Expuso que la gente valora la labor que realizan los zapateros, pues señaló que con la crisis económica que se vive es difícil comprar nuevos pares, además agregó que “ya no salen como antes, ahora salen más desechables”.
Para poder trabajar se traslada hasta la ciudad de León, Guanajuato para adquirir sus productos e insumos como piel, hilo, pinturas y pegamento, entre otros, debido a que los precios son más accesibles para el bolsillo.
Indicó que no le gustaría desempeñar otro tipo de trabajo, pues incluso le faltan horas para seguir en esta labor diaria.