Pinos. Comerciantes de centro histórico de Pinos regresaron al lugar que siempre han ocupado, la calle Encarnación, después de haber sido removidos hace unos meses por las autoridades municipales, quienes les ordenaron que desalojaran el primer cuadro de la ciudad debido a que dan mala imagen al lugar.
Los afectados, quienes en su mayoría llevan más de 30 años vendiendo diferentes productos, sobre todo alimenticios en esa arteria, mencionaron que en el Mercado Municipal y en la calle de Arriba, adonde fueron instalados algunos, las ventas han bajado considerablemente.
En una reunión que se realizó entre los más de 50 vendedores, se decidió retomar sus lugares, y dijeron que hasta hace unas semanas no habían sido molestados por funcionarios del ayuntamiento, y esperan que no se dé el caso.
“Y es que si no nos ayudan de ninguna manera, es justo que por lo menos nos respeten los permisos, que nos dejen trabajar para sobrevivir, porque tampoco es mucho lo que se saca”, expresaron.
Los comerciantes agregaron que nunca han sido recibidos por el alcalde de Pinos, Gustavo Uribe Góngora, que inclusive ni siquiera lo conocen, mientras que a quien han mostrado sus inquietudes es al secretario del ayuntamiento, Gilberto Aníbal Hernández Cruz.
Lamentaron que los políticos, cuando son candidatos, anden saludando a la gente por donde quiera que pasan, pero cuando llegan al cargo al que aspiran, ni siquiera son capaces de bajarse de su vehículo.
“Que nos querían quitar porque damos mala imagen, que porque es un Pueblo Mágico, aquí lo más mágico es la pobreza en la que todos vivimos, por lo que de algún modo necesitamos luchar para salir adelante”, expresó uno de los comerciantes.
Insistieron en que lo único que buscan, en el caso de los vendedores foráneos, es sacar mínimo para la gasolina y llevar un poco de comida a sus hijos, ya que la mayoría no obtiene las ganancias suficientes para ofrecer educación a su familia, por lo que la mayoría de la población, sobre todo de las comunidades, estudia si a caso hasta el nivel secundaria.
Expresaron que no hay otras opciones para mantenerse; antes algunos comerciantes se dedicaban a la agricultura o Ala ganadería, pero ante la larga sequía, decidieron abandonar estas actividades, pues en nada les retribuía; al contrario, siempre se endeudaban para poder sembrar, añadieron.