México.- Aguantar los rayos del sol y la lluvia, soportar hedores y tener siempre presente los riesgos que se corren en la basura: vidrios, latas, agujas, es una “cadenita” que enseñan los trabajadores de limpia a sus hijos, aunque para otros es sólo la necesidad.
Dos de los siete hijos del barrendero Carlos Gudiño Pérez, hijo a su vez de barrendero y con 27 años en ese oficio, fueron convocados por su padre para laborar con él, ya que no encontraban otro trabajo.
“Mis hijos no querían pero desgraciadamente la necesidad pues obliga porque no hay de otra, o entras a robar (te meten a la guardería ¿no?) o te pones a levantar basura, pues es lógico hay que sacar para comer, la necesidad obliga”, expresó Gudiño Pérez.
Sin embargo, para comenzar en este oficio, cuyo día se festeja el 8 de agosto, no bastan sólo la necesidad o la herencia, es necesario superar los conceptos negativos que se tienen respecto de los trabajadores de limpia.
“Me acoplé, porque no me gustaba la basura, la verdad, ya después me fue gustando poco a poco. Porque mucha gente lo piensa, antes me preguntaban: ¿y tú de qué trabajas? De barrendero. Y te hacen: ¡Pus quiubo, como que de barrendero!”, recordó en entrevista Héctor Arce Reyes.
Sin embargo, son ellos mismos, trabajadores de calles de la delegación Álvaro Obregón, quienes a través del tiempo reconocen su gusto y satisfacción por el trabajo; “disculpe porque si nos ve mugrosos, pero es que andamos en batalla, andamos trabajando”.
Incluso Arce Reyes asegura que “ahorita al contrario, veo y pus ya hasta me gusta. Volteas a ver cómo dejas la calle ¡me cae que me gusta eh, me gusta cómo se ve!”
Para su compañero Oscar Daniel Arredondo Pérez, quien se sumó a la charla, “todo trabajo es bueno, otra cosa sería que estuviéramos robando, pero todo trabajo es con dignidad, y este trabajo también es digno y con orgullo que lo ponemos en alto cada día que nos paramos”.
Y refrendó: “no tenemos ni por qué sentirnos humillados, ni sentirnos más bajos que otros, porque cualquier trabajo es bueno”.
De esta manera, estos hombres que contribuyen a recoger las 12 mil 600 toneladas de basura que produce diariamente el Distrito Federal, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Obras y Servicios local, tienen pocas peticiones a la ciudadanía.
Sólo piden a la población separar correctamente los residuos, así como manifestarles un trato digno y, cuando sea posible, gratificar su labor.
“Un voluntario no goza de sueldo por parte de autoridades, únicamente barre su área que le dan, lo que va recolectando, y ellos juntan todo para que haiga algo más, y lo que le da la gente”, expresó Arce Reyes, al recordar cómo empezó en ese oficio.
Los trabajadores de limpia explicaron que además de los voluntarios también están los eventuales y otros que son de base, sin embargo coincidieron en que un beneficio adicional para todos es lo que logran recolectar para reciclar.
Señalaron que lo que logran vender no es mucho, ya que también en muchas casas cada vez más se quedan el aluminio y no lo tiran, pero es “de gran apoyo porque como quiera que sea vas librando el día”, que comienza a las 4:00 horas.