“Yo no soy un cabello que me corté, no soy un solo seno… ellos formaban parte de mí, de mi cuerpo, de mi sexualidad femenina, pero ahorita decir sigo viva es lo importante de una mujer, lo que queremos dar y lo que tenemos adentro”, sostuvo Josefina Alonso Vázquez, una mujer que ha sobrevivido al cáncer de mama.
Josefina compartió con NTR Medios de Comunicación su experiencia. Hoy está más fuerte que nunca, con su labor activista; sin pertenecer a organización civil alguna, por su propia cuenta, espera salvar vidas y ayudar a más zacatecanas a vencer la enfermedad.
Este 19 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Los esfuerzos, no sólo del sector salud, sino de la sociedad civil, se enfocan a combatir el mayor enemigo: el desconocimiento y falta de educación en la prevención.
Al dirigir una campaña de información y prevención en la Plaza Bicentenario, entre sentimientos encontrados, la también docente de enfermería comunitaria enfatizó: “no me quiero morir, pero todas estamos expuestas”.
Acompañada por sus alumnos, Josefina difundió entre la población medidas básicas para que incluso las mujeres jóvenes, a través de la autoexploración, prevengan este tipo de cáncer.
De acuerdo al Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud (Ssa), cada media hora se realiza un diagnóstico de cáncer de mama en México.
Las cifras resultan alarmantes al considerar que una mujer muere cada 90 minutos a causa de esta enfermedad.
Desde que la diagnosticaron, a Josefina le han bastado ocho meses para conocer el peor de los infiernos; a lo largo de este tiempo le realizaron una mastectomía total de uno de sus senos, ha recibido quimioterapias y continúa pendiente de las radioterapias.
“Ahora continúo haciendo mi vida normal, trabajando igual que antes y haciendo todo lo que hacía, aunque un poco limitada por la cirugía”, expresó.
Pese a ser especialista en salud pública, se vio obligada a verse de frente con el padecimiento que cada vez cobra más vidas.
“Ya me está saliendo el cabello, ya tengo pestañas, cejas… ya voy a nadar para rehabilitarme y estoy haciendo todo, pero fueron seis meses los más terribles, nadie conoce un infierno más la que recibe la quimioterapia, es lo peor”, manifestó.
Y es que además del dolor que causa la extirpación de una mama, hay malestar continuo, vómito; “te quemas, es algo terrible, pero lo que más duele es el alma”.
Su edad es la de menos. El tiempo es primordial para evitar diagnósticos tan avanzados en los que ya no haya nada qué hacer para salvar la vida de una mujer.
Por ahora, tendrá que esperar cinco años para valorar si se hará o no una cirugía reconstructiva.
Alonso Vázquez es clara: cuando a alguien se le dice que tiene cáncer “la mente se queda en blanco, no pensamos en nada y no se digiere, no sé cómo he llegado hasta ahorita ni con qué fuerzas”.
Con orgullo, Josefina Alonso reconoció que gracias a la prevención, incluso tras haber tenido un mal diagnóstico, la detección oportuna le permitió recibir un tratamiento y empezar la lucha “de la que digo: ya salí”.
Y es que 15 meses antes de ser prescrita se realizó una mastografía y, aunque se le recomendó hacer una biopsia y un ultrasonido, se le informó que “sólo era una bolita de grasa”.
Sin embargo, al darse cuenta de otra patología se confirmó tiempo después el padecimiento. Las palabras que entonces escuchó no se borrarán jamás: “es un cáncer, te tenemos que quitar el seno y tiene que ser ya”.
Recordó que fue el 1 de febrero de este año cuando se operó. “No pensé en nada más”. Y para el 26 del mismo mes recibió la primera quimioterapia.
Cuando el cáncer está avanzado, las pacientes son sometidas a mastectomías; en otros casos se les dan diversos tratamientos para superarlo.
Recibir atención psicológica y asesoría después de alguna cirugía es indispensable debido a las secuelas que deja este tipo de intervención.
De grupos, voluntarias y apoyo incondicional
La incidencia de cáncer de mama en Zacatecas obligó a las sobrevivientes a conformar grupos de ayuda en diversos hospitales públicos del estado.
Un ejemplo de valentía y trabajo voluntario es el que realiza el Grupo Especial de las 20, que aunque fundado con pacientes del ISSSTE, hoy integra a mujeres que son diagnosticadas o reciben atención en diversos nosocomios.
Desde hace 17 años, junto con la fundadora, María Auxilio Ávila Saldaña, el cirujano oncólogo Crecencio López Sánchez indicó que con esta agrupación se pretende brindar apoyo psicológico, moral y religioso a aquellas mujeres a quienes se les ha practicado una mastectomía.
“Sentirse mutilada a veces aísla a una mujer; tratamos que se reincorporen al 100 por ciento a las actividades que tenía antes de la cirugía”, detalló.
Enfrentarse al cáncer inicia desde que se informa; “es dar una noticia devastadora. La mujer es el órgano que más aprecia (la mama), uno puede extirparles el órgano, pero no causa tanto problema psicológico; involucra a su pareja y a su familia”, refirió.
El especialista tiene 24 años de servicio y su labor para atender diversos tipos de cánceres ha sido de “picar piedra”, aunque el de mama afecta desde hace años un gran número de pacientes.
Este grupo promueve, aunque con pocos recursos, el apoyo a aquéllas que han sobrevivido a la enfermedad.
Para recabar recursos, el grupo realiza reuniones mensuales y comidas en el Parque Arroyo de la Plata, donde por 25 pesos ofertan comida; el próximo buffet que se ofrecerá a la población en general a fin de promover el respaldo social a esta causa será el 27 de octubre.
Con los montos recaudados se apoya a mujeres de escasos recursos, pues en ocasiones los hospitales no cuentan con los medicamentos que se requieren, pagar alguna sutura o para apoyar a comprar brassieres especiales cuyo precio está entre 600 y 800 pesos e incluso prótesis externas que superan los 3 mil pesos.
López Sánchez indicó que aunque el grupo se conformó en el ISSSTE, lo integran mujeres atendidas en el IMSS y nosocomios privados.
Este grupo, además, se ha replicado en Fresnillo y Jerez.
Quienes padecieron los últimos años a este mal reconocen la importancia de buscar ayuda, pues la lucha contra el cáncer es constante.
Más que un lazo rosa, una batalla constante
“Ya gané, viví la experiencia, lo superé y pude dejar un granito”, coincidieron con Josefina otras mujeres que, sin más, se asumen como valientes, renovadas y en espíritu de lucha.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la lucha contra este padecimiento mediante un control integral que incluye prevención, detección precoz, diagnóstico y tratamiento, además de rehabilitación y cuidados paliativos.
A lo largo del mes, los Servicios de Salud de Zacatecas (SSZ) ha dispuesto unidades médicas móviles para realizar mastografías de manera gratuita y, más que portar este sábado un moño rosa, hombres y mujeres deben concientizarse sobre la importancia de prevenir éste y otro tipo de cánceres.
Incidencia que alarma
Judith Mercado Villarreal, coordinadora del servicio de Ginecología del Hospital General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), informó que es primordial diagnosticar lesiones precancerosas, de ahí que cuenten con un programa especial.
“Las estadísticas de alguna manera empiezan a ser alarmantes respecto al índice de morbimortalidad entre las mujeres de entre 45 y 60 años de edad”, explicó.
Pese a las campañas y programas preventivos impulsados por el sector salud, en estados del norte del país la principal causa de muerte es derivada de una neoplasia, una masa anormal de tejido provocada porque las células que lo constituyen se multiplican a un ritmo superior al común.
En tanto, en la región centro, a la que pertenece Zacatecas, expuso que esta situación ocupa el segundo sitio.
El índice de morbilidad hospitalaria es de entre 5 y 7 por ciento, aunque el pronóstico depende de la etapa en que se diagnostique, apuntó la especialista.
Un gran porcentaje de las pacientes que ahora se atienden fueron detectadas a tiempo; el ISSSTE cuenta con centros de atención de apoyo en la capital, Fresnillo y Jerez.
¿Y la autoexploración?
Mercado Villarreal reconoció que tanto la autoexploración de mujeres jóvenes y la revisión clínica de las glándulas mamarias son importantes para detectar la enfermedad a tiempo.
Bastan tres dedos y no más de 10 minutos para no perder una vida. Esta práctica debe realizarse desde la aparición de la primera menstruación.
Aunque la autoexploración nunca sustituirá los estudios clínicos, es el primer medio de detección temprana, expuso.
“Es importante que desde ahora se establezca una conducta de reeducación a la población femenina”, apuntó.
El cáncer es una patología prevenible, de ahí la importancia de difundir signos y métodos tempranos para un adecuado diagnóstico.
En este sentido, Judith Mercado expuso que la realización de una mastografía inicial y luego, una cada dos años, según el resultado del estudio, es lo indicado para prevenir o detectar la neoplasia en etapas tempranas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refiere que en México 60 por ciento de los diagnósticos de este tipo de cáncer son tardíos.
Sin importar el estrato social o ideología, este mal puede afectar a cualquier mujer; no obstante, hay factores de riesgo.
En el mundo, el cáncer de mama es el más común en este sector de la población, pues representa 16 por ciento de todos los cánceres femeninos.
La OMS estima que en 2004 murieron 519 mil mujeres por cáncer de mama y, aunque esta enfermedad es considerada como del mundo desarrollado, 69 por ciento de las muertes se registran en los países en desarrollo.
Así, se explica que la bajas tasas de supervivencia observadas en los países poco desarrollados se deben principalmente a la falta de programas de detección oportuna, lo que hace que un alto porcentaje de mujeres acudan al médico con la enfermedad ya muy avanzada, aunque otro factor importante es la falta de servicios adecuados de diagnóstico y tratamiento.
María ‘escuchó’ a su cuerpo y salvó la vida
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en Zacatecas, la tasa de letalidad hospitalaria a consecuencia del cáncer de mama es que, por cada 100 mujeres hospitalizadas, 11.4 pierden la vida.
María forma parte de las 89.6 que sobrevivieron a la enfermedad gracias a una detección oportuna.
Sin precisar la fecha, María recordó que, pese a realizarse la autoexploración de mamas frecuentemente, algo en su organismo le indicaba que no estaba del todo saludable, pues “sentía como calambres”.
Esta condición se dio pese a que ella no consumía bebidas embriagantes ni fumaba, que son dos factores de riesgo relacionados con el cáncer; sin embargo, la señal de alerta estaba presente en su cuerpo, “porque cuando me autoexploraba nunca me detecté ninguna bolita”.
Para terminar con la preocupación de esos ligeros calambres, María decidió acudir al médico para que le practicaran los primeros estudios.
Afirmó que, al momento de recibir la noticia, lo primero que sintió fue que le echaron agua fría sin avisar; “pero lo tomé como una noticia más, la acepté primero para luego poderla transmitir a mi familia”.
María también forma parte de la estadística del Inegi que indica que, en Zacatecas, por cada 100 mil mujeres de 20 años o más, de 14.44 a 23.21 pueden padecer algún tumor maligno de mama.
Así que tras comunicarlo a su familia y recibir la explicación sobre la necesidad de operarla, su vida cambió nuevamente, “porque me dijeron que había otras alteraciones, por las que era necesario recibir quimioterapia y radioterapias”.
Este proceso también resultó difícil; “son medicamentos que te acaban físicamente, (aunque) moralmente estaba muy fuerte. A pesar de tener muchas cosas alrededor, en ocasiones sí se derrumba uno un ratito”.
Rememoró que, en esos momentos pensaba en su familia, “porque siempre he sido como un pilarcito, pero siento que mucha gente acude a mí para diferentes cosas y sentía que no podía fallarles”.
Este pensamiento le daba fortaleza para mantenerse en pie y evitar que su familia le viera caer a consecuencia de la enfermedad.
Ahora, cuando logró superar la enfermedad, María comprendió que es necesario estar en mayor comunión con todas las personas que la rodean “y hacerlas sentir vivas, como uno que recupera esa actitud de vida”.
De acuerdo con esta superviviente al cáncer, “le encontré el gusto a vivir. Antes se deja llevar uno por la corriente y la situación; ahora veo qué puedo ofrecerle a los demás”.
“Además, recuperar las pequeñas cosas que pasan desapercibidas por lo cotidiano que resultan, como saludar a quien se tiene a un lado, hablar con las personas que tenemos mucho tiempo de no hacerlo y tener la serenidad de poder expresar ese sentimiento de perdón… son cosas muy importantes”, afirmó.
Así que la recomendación de María para evitar formar parte de la tasa de mortalidad de cáncer de mama, que en Zacatecas alcanza entre 12.10 a 13.73 de cada 100 mil mujeres de 20 años y más, es la autoexploración, hacerle caso al médico y no abandonar el tratamiento.
“Porque hay mujeres que aun cuando ya tienen dos diagnósticos de cáncer, no se atienden; el cáncer no es mortal si se atiende a tiempo”, afirmó María para dar por concluida la entrevista.